El mando mágico del bosque



Había una vez tres amigos muy diferentes entre sí: Juani, que era un aventurero intrépido; Martina, que siempre tenía miedo a la oscuridad; y Facu, el más tranquilo y equilibrado de los tres.

Un día, los amigos se encontraban en casa de Juani viendo su serie favorita en la televisión cuando, de repente, el mando a distancia desapareció misteriosamente. "¡Chicos! ¡No encuentro el control remoto de la tele! ¿Alguien lo vio?", preguntó Juani con preocupación.

"¿Cómo que no lo encontrás? ¡Si estuviste jugando todo el tiempo con él!", respondió Martina. "Bueno, ahora no está. Debe haber caído en mi mochila cuando fuimos al bosque esta tarde", dijo Juani con tono pensativo.

Los tres amigos decidieron ir al bosque a buscar el mando perdido. Mientras caminaban entre los árboles y arbustos, Martina comenzó a sentirse nerviosa por la llegada de la noche.

"¡Chicos, me da miedo estar aquí cuando oscurezca! ¿Podemos volver antes?", expresó Martina con temor en su voz. Juani, siempre dispuesto a vivir nuevas aventuras, intentaba tranquilizarla: "Tranquila Marti, estamos juntos y nada nos va a pasar. Además, necesitamos encontrar ese mando para seguir viendo nuestras series favoritas".

Facu intervenía tratando de mediar: "Tienen razón ambos. Debemos ser valientes como Juani pero también comprender los temores de Martina. Sigamos buscando juntos y saldremos pronto del bosque".

Mientras avanzaban entre las sombras del atardecer, escucharon un ruido extraño que provenía de un árbol cercano. Todos se detuvieron y miraron hacia arriba para descubrir qué lo causaba. Para sorpresa de ellos, vieron un grupo de monitos traviesos jugueteando con algo brillante en sus manos pequeñas.

"¡Es el mando! ¡Esos monitos se lo llevaron!", exclamó emocionado Juani señalando hacia arriba. Martina estaba asombrada por la situación pero también preocupada por cómo recuperarían el objeto sin molestar a los animales traviesos.

Facu tuvo una idea brillante: "Chicos, creo que si les ofrecemos algo a cambio podríamos recuperar nuestro control remoto sin problemas. "Así fue como Facu sacó algunas frutas que había guardado en su mochila y las ofreció amablemente a los monitos.

Estos aceptaron encantados e intercambiaron el mando por las deliciosas golosinas naturales. Con alegría en sus rostros volvieron a casa justo a tiempo para ver su serie favorita antes de dormir.

Aprendieron que trabajando juntos podían superar cualquier obstáculo y que cada uno tenía algo único para contribuir al equipo: valentía como Juani; empatía como Facu; y precaución como Martina. Desde aquel día entendieron que aunque fueran distintos entre sí podían complementarse perfectamente cuando actuaban juntos con respeto y solidaridad hacia los demás.

FIN.

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