El Mapa de la Consagración Divina


Título: "El viaje mágico de Lucas"Había una vez un niño llamado Lucas, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Lucas era muy curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras exploraba el bosque cerca de su casa, encontró un mapa antiguo y misterioso. Lucas decidió seguir el mapa para descubrir qué tesoro escondido podía encontrar. Siguió las indicaciones del mapa hasta llegar a una cueva profunda.

Con mucho valor, entró en la cueva y se encontró con un viejo sabio llamado Don Ernesto. Don Ernesto le dijo a Lucas que el tesoro que buscaba no era uno material, sino uno interior.

Le explicó que dentro de cada persona hay una chispa especial que nos hace únicos y especiales. Esta chispa es nuestra consagración total a Dios. Lucas no entendió completamente lo que Don Ernesto quería decirle, pero estaba dispuesto a aprender más sobre esta chispa especial.

Don Ernesto le dio una tarea: debía emprender un viaje por diferentes lugares mágicos para descubrir la verdadera importancia de la consagración a Dios. Así comenzó el viaje mágico de Lucas.

En su primer destino, llegó a un hermoso jardín lleno de flores multicolores. Allí se encontró con Florinda, una hada amable y gentil. "Hola Lucas", dijo Florinda con una sonrisa brillante. "Aquí en este jardín aprendemos a cuidar y proteger la belleza del mundo creado por Dios".

Florinda le enseñó a Lucas cómo cuidar las plantas y los animales, y cómo apreciar la belleza de la naturaleza.

Lucas se dio cuenta de que al cuidar y proteger lo creado por Dios, estaba consagrando su tiempo y esfuerzo a Él. En su próximo destino, Lucas llegó a un pequeño pueblo donde conoció a Mateo, un niño muy generoso. Mateo le enseñó a Lucas sobre el valor de ayudar a los demás sin esperar nada a cambio.

"Lucas, cuando nos damos a los demás desinteresadamente, estamos consagrando nuestra vida al servicio de Dios", dijo Mateo con una mirada compasiva. Juntos, Lucas y Mateo recorrieron el pueblo ayudando en diferentes tareas y brindando alegría a todos los habitantes.

Lucas comprendió que al servir y ser generosos con los demás, estaba consagrando su corazón a Dios. En su último destino mágico, Lucas llegó al maravilloso bosque encantado. Allí se encontró con Luna, una elfa sabia y tranquila.

"Hola Lucas", susurró Luna con voz melodiosa. "Aquí en este bosque aprendemos la importancia de tener paz interior". Luna le enseñó técnicas para meditar y encontrar tranquilidad en medio del caos diario.

Aprendió que al buscar paz interior y aprender a perdonar, estaba consagrando su mente y espíritu a Dios.

Después de haber visitado estos lugares mágicos y aprender sobre la belleza de la naturaleza, el valor del servicio desinteresado y la importancia de encontrar paz interior; Lucas regresó junto al viejo sabio Don Ernesto para compartir lo que había aprendido. Don Ernesto sonrió y le dijo a Lucas que había completado su viaje mágico exitosamente.

Le explicó que la verdadera consagración total a Dios implica cuidar, servir y encontrar paz en todos los aspectos de nuestra vida. Lucas comprendió entonces que el tesoro interior más valioso es nuestra capacidad de amar, ayudar y ser conscientes de la presencia de Dios en todo lo que hacemos.

Desde ese día, Lucas vivió una vida llena de amor, servicio y paz interior. Y así termina nuestra historia, recordándonos a todos que cada uno tiene una chispa especial dentro de sí mismo para consagrarse totalmente a Dios.

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