El mapa de la sirena



Era una hermosa mañana de verano y Lucas y su abuelo decidieron hacer algo diferente. Habían construido juntos una pequeña barca de madera y querían salir a navegar en el lago cercano. - ¡Qué emocionante! -exclamó Lucas-.

Nunca había navegado antes. - Sí, es una actividad muy relajante -respondió el abuelo mientras preparaban la barca para zarpar. Después de un rato, oyeron un canto dulce que venía desde lejos. La voz era tan hermosa que parecía llamándolos.

Era la sirena del lago, quien les pedía que la siguieran. - Abuelo, ¿escuchas eso? -preguntó Lucas señalando hacia el agua. - Sí, parece ser la sirena del lago -respondió el abuelo con calma-.

Pero recuerda lo que te he dicho sobre las sirenas: nunca debemos confiar plenamente en ellas. Lucas asintió con la cabeza pero no pudo resistirse al canto seductor de la sirena.

Sin pensarlo dos veces, saltó al agua y comenzó a nadar detrás de ella. El abuelo trató de detenerlo pero ya era tarde: Lucas se había sumergido por completo en el agua. Cuando salió a flote unos minutos después, estaba maravillado: habían llegado a una ciudad subterránea increíblemente bella.

Todo estaba hecho de cristal y brillaba bajo los rayos del sol que se filtraban desde arriba. Había flores exóticas por todas partes y animales extraños correteando por las calles empedradas.

- ¡Abuelo, esto es asombroso! -exclamó Lucas mientras exploraban la ciudad. - Sí, es una maravilla -respondió el abuelo-. Pero debemos tener cuidado. Esta ciudad pertenece a las sirenas y nunca sabemos cuáles son sus verdaderas intenciones.

Mientras caminaban por las calles de cristal, se encontraron con una sirena que parecía estar esperándolos. Era hermosa y tenía un brillo especial en su piel escamosa. - Bienvenidos a nuestra ciudad subterránea -dijo la sirena con una voz dulce-. Me alegra que hayan venido.

¿Les gustaría conocer más sobre nosotros? Lucas estaba fascinado pero el abuelo seguía siendo cauteloso. Después de todo, no sabían qué podía pasar en esa extraña ciudad subterránea. De repente, la sirena les ofreció algo sorprendente: un mapa del mundo submarino.

Era un objeto muy valioso y difícil de conseguir, pero ella se lo entregó sin dudarlo. - Este mapa los ayudará a entender mejor nuestro mundo -explicó la sirena-.

Y quizás también les sirva para encontrar su camino de regreso a casa. Con el mapa en mano, Lucas y su abuelo comenzaron su camino de regreso al lago.

La experiencia había sido increíblemente emocionante pero también había sido una lección importante: nunca debían confiar plenamente en cosas desconocidas o extrañas. Desde ese día en adelante, Lucas siguió navegando por el lago junto a su abuelo pero siempre recordaba aquella aventura submarina que le había enseñado tanto sobre el mundo y sobre sí mismo.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!