El mapa de las estrellas



brillante y misterioso en el horizonte. Era una estrella nueva, mucho más grande y brillante que ellas. - ¡Miren, amigas! ¡Una estrella nueva! - exclamó Estrellita emocionada. - ¡Sí, es hermosa! - dijo Destellito admirando su resplandor.

- ¿Deberíamos invitarla a jugar con nosotras? - preguntó Centellita curiosa. Las tres estrellas decidieron acercarse a la estrella nueva para conocerla mejor.

Al llegar, descubrieron que se llamaba Lucero y era un solitario cometa que había perdido su camino en el espacio. - Hola, Lucero. Nosotros somos Estrellita, Destellito y Centellita. ¿Quieres jugar con nosotros? - ofreció Estrellita con entusiasmo.

Lucero miró a las tres amigas con tristeza y les explicó que no podía jugar con ellas porque estaba muy lejos de su hogar y necesitaba encontrar el camino de regreso. - Pero no te preocupes, Lucero. Nosotras te ayudaremos a encontrar tu camino de vuelta a casa - dijo Destellito decidida.

Estrellita propuso que cada noche las cuatro estrellas buscaran pistas en el cielo para guiar a Lucero hacia su hogar. Así comenzaron su aventura cósmica en busca del camino correcto.

Noche tras noche, las amigas observaban cuidadosamente los astros y aprendían sobre constelaciones y galaxias. A medida que avanzaban en su búsqueda, también descubrían nuevas formas de brillar juntas e iluminar el universo con amor y amistad.

Un día, mientras estaban explorando una nebulosa brillante, Centellita notó algo peculiar en el mapa estelar que habían creado. Había un patrón de estrellas que parecía formar una flecha luminosa apuntando hacia el lugar donde Lucero había aparecido por primera vez.

- ¡Chicas! ¡Miren esto! Creo que hemos encontrado la clave para llevar a Lucero de regreso a casa - exclamó Centellita emocionada. Las amigas siguieron las indicaciones del mapa y guiaron a Lucero hasta el lugar exacto donde debía estar. Al llegar, vieron cómo su resplandor se volvía más intenso y vibrante.

- ¡Gracias, amigas! Gracias por ayudarme a encontrar mi hogar - dijo Lucero con gratitud. Estrellita, Destellito y Centellita sonrieron orgullosas al ver cómo su nueva amiga brillaba felizmente en su lugar correcto del universo.

Supieron entonces que la verdadera magia no solo estaba en encontrar caminos perdidos, sino también en compartir su luz con los demás y hacerlos sentir amados y acompañados. Desde aquel día, Estrellita, Destellito, Centellita y Lucero continuaron jugando juntas todas las noches.

Su amistad se fortaleció aún más porque sabían que siempre podrían contar unas con otras para enfrentar cualquier desafío cósmico.

Y así fue como estas cuatro valientes estrellas demostraron al universo entero que la verdadera belleza está en iluminar el camino de los demás y construir puentes de amor y solidaridad entre todos los seres del cosmos.

FIN.

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