El Mapa de los Deseos



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Arcoíris, donde todos los edificios estaban pintados de colores brillantes y vivos. En este lugar tan especial vivían tres amigos inseparables: Martina, Lucas y Valentina.

Les encantaba jugar juntos, explorar el mundo que los rodeaba y soñar con aventuras emocionantes.

Un día, mientras paseaban por el parque central de la villa, encontraron un mapa antiguo que mostraba un camino lleno de colores hacia un lugar misterioso llamado "La Tierra de los Sueños". Los niños se miraron emocionados y decidieron emprender juntos ese increíble viaje en busca de sus sueños más anhelados. -¡Vamos chicos! ¡Esta es nuestra gran oportunidad para vivir una aventura inolvidable! -exclamó Martina con entusiasmo.

Los tres amigos se pusieron en marcha siguiendo el camino marcado en el mapa.

A medida que avanzaban, descubrían paisajes maravillosos llenos de colores nunca antes vistos: árboles morados, ríos azules y montañas naranjas que parecían sacadas de un cuento de hadas. -¡Miren qué hermoso es todo! ¡Es como si estuviéramos dentro de un arcoíris! -dijo Valentina maravillada. Después de caminar durante horas, llegaron a la entrada de "La Tierra de los Sueños", un lugar mágico donde todo era posible.

Allí conocieron al Hada Iris, la guardiana del reino, quien les dio la bienvenida con una sonrisa cálida y les explicó que en ese lugar podían hacer realidad cualquier deseo siempre y cuando fuera sincero y puro.

-Queridos niños, aquí en La Tierra de los Sueños cada color representa un deseo especial. Solo tienen que elegir uno y seguirlo hasta el final -explicó el Hada Iris con voz dulce.

Los amigos se miraron emocionados y empezaron a pensar cuál sería su deseo más profundo.

Martina decidió elegir el color rosa para pedir tener salud para su abuelita enferma; Lucas escogió el color verde para pedirle al hada poder salvar a las plantas del bosque; mientras que Valentina optó por el color amarillo para pedir encontrar a su gatito perdido.

El Hada Iris les entregó tres frascos mágicos llenos de polvo brillante correspondiente al color elegido por cada uno y les indicó cómo usarlos correctamente para hacer realidad sus deseos. Los niños siguieron las instrucciones al pie de la letra y comenzaron a ver cómo sus deseos se iban cumpliendo poco a poco ante sus ojos asombrados.

Martina recibió noticias positivas sobre la mejoría de su abuelita gracias al poder curativo del polvo rosa; Lucas logró salvar las plantas del bosque aplicando el polvo verde con amor y cuidado; Valentina encontró a su gatito sano y salvo gracias al brillo amarillo que iluminaba su camino hacia casa.

Llenos de gratitud hacia el Hada Iris por haberles concedido sus deseos más preciados, los tres amigos decidieron regresar a Villa Arcoíris llevando consigo no solo recuerdos inolvidables sino también la certeza de que los verdaderos sueños pueden hacerse realidad si se persiguen con valentía y corazón noble.

Y así fue como Martina, Lucas y Valentina aprendieron una importante lección aquel día: que la magia está presente en todas partes cuando se cree en ella con fuerza e ilusión.

Y desde entonces, cada vez que veían los colores brillantes pintando su querido pueblo recordaban aquella maravillosa aventura en La Tierra de los Sueños donde todo era posible si se creía firmemente en ello.

FIN.

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