El mapa del bosque
Había una vez un niño llamado Juan, que era muy aventurero y siempre estaba buscando nuevas emociones. Un día, mientras jugaba cerca del bosque, decidió adentrarse en él para explorar lo desconocido.
Pero lo que no sabía Juan es que el bosque era muy grande y fácil de perderse. Juan caminó y caminó por el bosque, maravillándose con la belleza de la naturaleza a su alrededor.
Pero pronto se dio cuenta de que no reconocía ningún camino y ya no sabía cómo regresar a casa. - ¡Ay, estoy perdido! -exclamó Juan preocupado. Justo en ese momento, escuchó un ruido extraño proveniente de los arbustos cercanos. Se acercó sigilosamente y descubrió a un mapache parlanchín llamado Roco.
- ¡Hola pequeño! ¿Qué te trae por aquí? -preguntó Roco curioso. - Me he perdido en el bosque y no sé cómo volver a casa -respondió Juan con tristeza en su voz.
Roco sonrió amablemente y le dijo:- No te preocupes, yo puedo ayudarte. Conozco cada rincón de este bosque como la palma de mi pata. Te enseñaré algunos trucos para orientarte correctamente. Juan se sintió aliviado al tener la ayuda del mapache Roco.
Juntos comenzaron a explorar el bosque paso a paso. Roco le mostraba cómo identificar las huellas de animales para saber qué dirección tomar. Mientras caminaban, encontraron una hermosa cascada rodeada de flores silvestres.
Aunque estaban perdidos, decidieron detenerse un momento para disfrutar de la belleza del paisaje. - Juan, recuerda que es importante mantener la calma cuando te pierdes. Si entras en pánico, será más difícil encontrar el camino de regreso -aconsejó Roco sabiamente.
Juan asintió con la cabeza y prometió mantener la calma. Juntos continuaron su aventura por el bosque, siguiendo las pistas que Roco les mostraba. De repente, escucharon un ruido fuerte proveniente de los árboles.
Era un grupo de monos juguetones saltando de rama en rama. Los monos se acercaron a ellos y comenzaron a hacer travesuras. - ¡Hey! ¡Necesitamos concentrarnos para encontrar el camino a casa! -exclamó Juan molesto. Los monos se detuvieron y miraron a Juan sorprendidos por su determinación.
Uno de los monos más viejos se acercó a él y dijo:- Tienes razón, pequeño aventurero. La paciencia y la perseverancia son clave cuando te encuentras en situaciones difíciles como esta.
Con las palabras del mono resonando en su mente, Juan se dio cuenta de que no podía rendirse. Continuó siguiendo las indicaciones de Roco y finalmente encontraron una senda conocida que los llevaba hasta el borde del bosque.
- ¡Lo logramos! -exclamó Juan emocionado al ver su hogar nuevamente. Agradecido por toda la ayuda recibida, abrazó cariñosamente a Roco y despidió a los juguetones monos antes de volver con su familia.
Desde ese día, Juan aprendió la importancia de mantener la calma y perseverar cuando se enfrentaba a desafíos. Y siempre recordaría con cariño a Roco y a los monos, quienes le enseñaron valiosas lecciones en su aventura por el bosque perdido.
FIN.