El mapa del bosque mágico
Había una vez un hermoso castillo en medio de un frondoso bosque. Allí vivían dos nenas hermanas, Julia y Emilia, junto a su papá, quien trabajaba como guardián del castillo.
Una tarde de verano, las niñas decidieron salir a explorar el bosque. Papá les advirtió que tuvieran cuidado y que no se alejaran demasiado del castillo.
Julia y Emilia caminaron por el bosque disfrutando del aire fresco y los rayos del sol filtrándose entre las hojas de los árboles. Pero al poco tiempo, se dieron cuenta de que no sabían cómo volver al castillo. "¿Papá nos va a regañar por habernos perdido?" preguntó Julia preocupada.
"No te preocupes, encontraremos nuestro camino" respondió Emilia tratando de tranquilizarla. Caminaron durante horas sin encontrar ninguna señal del castillo. Estaban cansadas y hambrientas cuando encontraron una pequeña cabaña en el borde del bosque. "Toc-toc ¿hay alguien ahí?" llamó Julia tímidamente a la puerta cerrada.
De repente la puerta se abrió revelando a una anciana con arrugas profundas en su rostro sonriéndoles amablemente:"¡Hola mis niñas! ¿Qué hacen por aquí tan lejos?"Las dos nenas explicaron su situación y la anciana les ofreció comida caliente y un lugar para descansar antes de continuar buscando el camino hacia casa.
Mientras comían sopa caliente con pan recién horneado, la anciana les contó historias sobre la vida en el bosque y les enseñó a reconocer las plantas y los animales que las rodeaban. De repente, oyeron un fuerte ruido afuera.
La anciana se asomó por la ventana y vio a un oso enorme tratando de entrar en la cabaña. "¡Rápido! ¡Vamos a escondernos!" gritó Emilia mientras tomaba a Julia de la mano.
La anciana los llevó a una pequeña habitación secreta detrás de una estantería llena de libros antiguos. Después de unos minutos, el ruido paró y todo volvió a estar en calma. La anciana salió para investigar y regresó con buenas noticias:"El oso se fue.
Ya pueden salir". Agradecidas, las nenas le preguntaron cómo podían volver al castillo. La anciana les dio un mapa detallado del bosque que les permitiría encontrar su camino fácilmente. Finalmente, llegaron al castillo justo antes de que anocheciera.
Papá estaba muy preocupado pero al verlas sanas y salvas no pudo evitar sonreírles con alivio. "¿Dónde estuvieron?" preguntó papá mientras abrazaba a sus hijas con fuerza.
Julia y Emilia contaron su aventura emocionadas mientras mostraban el mapa detallado que les había dado la anciana. Desde ese día en adelante, Julia y Emilia aprendieron mucho sobre el bosque gracias a esa experiencia inolvidable.
Además, comprendieron que siempre hay alguien dispuesto a ayudar cuando más lo necesitas si tienes fe en los demás.
FIN.