El mapa del tesoro de la amistad


Había una vez un grupo de amigos muy divertidos que se llamaban Chicho, Sofi, Juan y Martín. Les encantaba jugar juntos y explorar nuevos lugares en el bosque cercano a sus casas.

Un día, mientras caminaban por el bosque, encontraron un mapa antiguo que parecía llevarlos a un tesoro escondido. Emocionados por la idea de encontrar algo tan valioso, decidieron seguir las pistas del mapa.

-¡Miren chicos! -exclamó Chicho- Aquí dice que tenemos que cruzar el río para llegar al siguiente punto del mapa. -Pero ¿cómo vamos a hacerlo? -preguntó Sofi preocupada. -Es fácil -respondió Juan- Podemos construir un puente con algunas ramas y piedras.

Así fue como los cuatro amigos trabajaron juntos para construir un puente improvisado sobre el río. Una vez del otro lado, siguieron las pistas del mapa hasta llegar a una cueva oculta detrás de unas rocas grandes.

-¡Aquí está! -gritó Martín emocionado al ver la entrada de la cueva- ¡El tesoro debe estar adentro! Pero cuando entraron en la cueva se dieron cuenta de que no había ningún tesoro allí adentro. En su lugar habían muchas herramientas viejas y polvorientas. -Mmm...

esto no parece ser lo que esperábamos -dijo Sofi desilusionada. -Sí, pero todavía podemos divertirnos aquí dentro -respondió Chicho con una sonrisa pícara en su rostro-Y así fue como comenzaron a explorar cada rincón de la cueva jugando juegos inventados por ellos mismos.

Se divirtieron tanto que se olvidaron de todo lo demás. Horas después, cuando salieron de la cueva, se dieron cuenta de que ya había oscurecido y estaban perdidos en el bosque.

Pero no se preocuparon demasiado porque sabían que juntos podrían encontrar el camino a casa.

-¿Qué hacemos ahora? -preguntó Martín mirando a sus amigos--Tranquilo, yo conozco este bosque como la palma de mi mano -respondió Juan con una sonrisa confiada en su rostro-Así fue como comenzaron a caminar siguiendo las estrellas hasta que finalmente encontraron el camino correcto hacia sus casas.

De regreso en sus hogares, los cuatro amigos se dieron cuenta de que aunque no habían encontrado un tesoro real esa noche, habían descubierto algo aún más valioso: la importancia del trabajo en equipo y la amistad verdadera. Desde ese día en adelante, Chicho, Sofi, Juan y Martín continuaron explorando juntos cada rincón del bosque mientras crecían juntos rodeados por diversión, integración, juegos y exploración.

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