El mapa divino
Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, tres niños muy curiosos y aventureros: Juancito, Carlitos y Marianita. Un día, mientras jugaban en el parque, encontraron un extraño objeto brillante enterrado en la tierra.
Al desenterrarlo, descubrieron que era un mapa antiguo que parecía llevarlos a algún lugar lejano. "¡Miren chicos! ¡Este mapa nos lleva a Madrid! ¿Qué les parece si vamos juntos?" exclamó emocionado Juancito.
Los tres amigos no lo pensaron dos veces y decidieron emprender la increíble aventura hacia Madrid. Llenos de entusiasmo, prepararon sus mochilas con provisiones y se pusieron en camino. Después de un largo viaje en avión llegaron finalmente a Madrid.
Fascinados por la belleza de la ciudad, los niños comenzaron a explorar cada rincón con asombro. Fue entonces cuando se encontraron frente a una imponente iglesia. "¡Wow! ¡Miren qué grande es esta iglesia! Debe ser el lugar donde vive Dios" dijo Marianita con admiración.
Los niños decidieron entrar para conocer más sobre ese misterioso ser llamado Dios del cual hablaban los adultos. Dentro de la iglesia se quedaron maravillados por la tranquilidad y paz que se respiraba en el ambiente.
De repente, una luz brillante iluminó el altar y una voz suave resonó en sus corazones: "Bienvenidos mis pequeños viajeros. Han demostrado valentía y curiosidad al llegar hasta aquí".
Los niños se miraron sorprendidos y preguntaron al unísono: "¿Eres tú Dios?"La voz respondió con calma: "Soy aquello que está presente en cada ser vivo, en cada acto de amor y bondad. Soy la fuerza que guía sus pasos y les brinda esperanza".
Los niños sintieron una profunda conexión con esa presencia divina y comprendieron que Dios no estaba solo en las iglesias o templos, sino también dentro de ellos mismos y en todo lo que los rodeaba.
Con el corazón lleno de gratitud por tan maravilloso encuentro, los tres amigos salieron de la iglesia sintiéndose más fuertes y seguros que nunca. Habían descubierto que la verdadera esencia de Dios estaba en el amor, la amistad y la solidaridad entre las personas.
Desde aquel día, Juancito, Carlitos y Marianita siguieron explorando el mundo con valentía y alegría, sabiendo que siempre llevarían consigo la presencia amorosa de Dios en sus corazones. Y así vivieron muchas más aventuras juntos, recordando siempre aquel inolvidable día en Madrid donde conocieron la verdadera existencia de Dios.
FIN.