El Mapa Secreto del Antiguo Egipto


Elsa y Ana eran dos hermanas muy aventureras que siempre estaban buscando nuevas experiencias. Un día, mientras exploraban el sótano de su casa, encontraron un extraño libro que parecía ser muy antiguo.

Al abrirlo, se dieron cuenta de que era un mapa del Antiguo Egipto. - ¡Mira Ana! -exclamó Elsa emocionada-. ¡Este es un mapa del Antiguo Egipto! - ¡Qué interesante! -respondió Ana con curiosidad-.

¿Te imaginas todo lo que podríamos descubrir allá? Sin pensarlo dos veces, las hermanas comenzaron a prepararse para su gran aventura. Empacaron sus mochilas con todo lo necesario y partieron hacia Egipto. Al llegar allí, se encontraron en medio de una ciudad muy diferente a la suya.

Había enormes pirámides por todas partes y personas vestidas con túnicas blancas caminando por las calles. - Esto es increíble -dijo Elsa asombrada-. Nunca antes había visto algo así. - Sí, pero tenemos que tener cuidado -advirtió Ana-.

No sabemos qué peligros podemos encontrar aquí. Las hermanas comenzaron a caminar por la ciudad hasta que llegaron a una enorme puerta dorada. Al acercarse, se dieron cuenta de que estaba cerrada y no había nadie alrededor.

- ¿Cómo abriremos esto? -preguntó Elsa preocupada. De repente, escucharon una voz detrás de ellas:- Si quieren entrar, deben resolver mi acertijo primero. Se voltearon y vieron a un anciano egipcio sentado en una silla cercana. - ¿Qué acertijo? -preguntó Ana con curiosidad.

- Escuchen bien -dijo el anciano-. Soy algo que se puede tocar pero no se puede ver, y si me das vuelta, siempre seré lo mismo. ¿Qué soy? Las hermanas pensaron por un momento y luego respondieron:- Un dado.

El anciano sonrió y abrió la puerta dorada para ellas. Las hermanas entraron en una enorme sala llena de tesoros antiguos y estatuas de oro macizo.

De repente, escucharon un ruido detrás de ellos y vieron a un grupo de ladrones egipcios entrando en la sala. - ¡Tenemos que salir de aquí! -gritó Ana asustada. Las hermanas comenzaron a correr hacia la salida pero los ladrones las seguían de cerca.

De repente, Elsa tropezó con una estatua antigua y cayó al suelo.

Los ladrones se acercaban cada vez más peligrosamente cuando Ana tuvo una idea brillante:- ¡Es hora del poder del hielo! Ana concentró toda su energía en sus manos y creó una gran pared de hielo entre ellas y los ladrones. Finalmente lograron escapar ilesas gracias a su astucia e inteligencia. Después de esta emocionante aventura, las hermanas regresaron a casa con muchas historias que contar.

Aprendieron mucho sobre el Antiguo Egipto y también sobre sí mismas: descubrieron que juntas podían enfrentar cualquier desafío que se les presentara.

Y así termina esta historia llena de emoción, aventuras e ingenio donde dos hermanas descubren la magia de la amistad y el poder del trabajo en equipo.

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