El mar en nuestras aletas



Había una vez, en el vasto océano azul, dos amigas muy especiales: la ballena y la orca. Ambas eran conocidas por su inteligencia y belleza, pero lo que más las distinguía era su gran corazón.

Un día soleado, mientras nadaban juntas cerca de la costa, la ballena le preguntó a la orca:- ¿Sabes qué es lo que más me gusta de vivir en el océano? La orca sonrió y respondió:- Creo que te gusta estar rodeada de amigos y disfrutar de nuestra hermosa casa acuática.

La ballena asintió emocionada:- ¡Exactamente! Me encanta ver a todas las criaturas marinas felices y saludables. Pero hay algo que me preocupa mucho. He notado que algunos animales están ensuciando nuestro hogar con basura y contaminación.

No puedo soportarlo más. La orca se puso seria y dijo:- Tienes razón, querida amiga. El océano es nuestro hogar y debemos cuidarlo entre todos. ¡Pero no te preocupes! Podemos hacer algo al respecto.

Juntas decidieron organizar una reunión con todos los animales marinos para hablar sobre cómo mantener limpio el océano. Convocaron a peces, tortugas, delfines e incluso a los pequeños cangrejos. En medio de la reunión, un tiburón llegó apresurado:- ¡Amigos! -exclamó jadeando-.

Acabo de ver algo terrible en alta mar. Un barco está vertiendo toneladas de basura al agua sin importarle nada. Todos los presentes se miraron preocupados. La ballena y la orca sabían que debían actuar rápido.

- ¡Vamos a detener ese barco! -dijo la ballena con determinación. La orca, con su agilidad y velocidad, se adelantó y nadó rápidamente hacia el barco. Al llegar, saltó fuera del agua para llamar la atención de los marineros.

Les hizo señas para que dejaran de contaminar el océano. - ¡Alto! -gritaba la orca-. ¡Están dañando nuestro hogar! Los marineros quedaron sorprendidos al ver a la majestuosa orca frente a ellos.

Se dieron cuenta de lo mal que estaban actuando y decidieron cambiar su comportamiento. A partir de ese día, los marineros comenzaron a reagarrar basura en lugar de arrojarla al mar. También crearon campañas para concientizar sobre el cuidado del océano y organizaron limpiezas masivas en las playas.

La ballena y la orca se sintieron muy orgullosas por haber logrado un cambio tan importante. El océano volvió a brillar como antes, lleno de vida y alegría.

Desde entonces, todos los animales marinos aprendieron la importancia de mantener limpio su hogar. Juntos trabajaron para protegerlo y asegurarse de que ninguna otra criatura sufriera por culpa de la contaminación.

Y así fue como gracias a la valentía y determinación de una ballena y una orca, el océano volvió a ser un lugar seguro donde todos podían vivir felices para siempre.

FIN.

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