El Maravilloso Equipo de Jardín
Era un soleado día en el jardín de infantes "Aventuras Divertidas", donde siete niños muy especiales se habían reunido en el mismo salón. Ellos eran: Tomi, la niña curiosa; Lola, la mejor dibujante; Santi, el constructor; Fabi, el gran contador de cuentos; Vicky, la experta en juegos de memoria; Maxi, el líder natural; y Nina, la artista de la música.
Un día, la maestra Clara les presentó un nuevo desafío. "Queridos niños, hoy vamos a hacer una gran mural colaborar al aire libre. Necesito que cada uno de ustedes traiga algo especial para que podamos trabajar juntos. ¿Qué les parece?" - propuso sonriente.
Los niños se miraron emocionados, pero también un poco confundidos. Santi dijo: "Yo puedo traer bloques de colores para hacer formas alrededor del mural." -
"Eso suena genial, Santi!" - exclamó Lola. "Yo traeré mis lápices de colores para dibujar." -
"Y yo puedo contar una historia que ilustre lo que estamos haciendo para que la gente lo entienda mejor!" - agregó Fabi con mucha emoción.
Maxi decidió organizar todo: "Perfecto, entonces será mejor que hagamos un plan. Así sabremos quién trae qué." -
Se pusieron a trabajar juntos, creando un gran dibujo en el suelo. Sin embargo, cuando llegó el día, algo inesperado sucedió. Lluvia. El cielo se había nublado y cada uno miraba por la ventana con preocupación.
"¿Qué vamos a hacer ahora?" - preguntó Vicky, preocupada.
Nina, que intentaba tocar su tamborcito, vio que todos estaban desanimados. "¿Y si hacemos nuestro mural adentro?" - propuso, más animada.
La idea le pareció buena a todos, pero aún había un problema. El salón era pequeño y no cabían todos los bloques, colores y lo que cada uno había traído. Fue entonces cuando Maxi lanzó otra idea. "Vamos a trabajar en pequeñas secciones. Así podemos hacer algo hermoso dentro del salón!" -
Todos estuvieron de acuerdo. Cada uno eligió su área y comenzó a trabajar. Con los bloques de Santi construyeron un arcoíris, con los dibujos de Lola llenaron el espacio de colores, y Fabi relató una historia que incluía a todos los personajes que habían creado.
Cuando terminaron, el aula estaba llena de risas y colores. La lluvia afuera se convirtió en música, y cada uno de los niños se sintió importante. Lola dijo: "Miren lo que hicimos entre todos!" -
Santi agregó: "Si hubiéramos trabajado solos, no habríamos hecho un mural tan hermoso!" -
"¡Sí! Cada uno de nosotros trajo algo diferente y eso es lo que hace todo especial!" - exclamó Vicky.
"Es impresionante ver cómo juntos somos más fuertes," - dijo Nina, mirando a sus compañeros.
La maestra Clara entró y quedó maravillada con el trabajo. "¡Es un mural excepcional! Todos ustedes han aprendido a colaborar y a escuchar las ideas de cada uno. ¡Eso es trabajar en equipo!" -
Los niños sonrieron, contentos de haber podido llevar a cabo el proyecto juntos. Habían aprendido que podían combinar sus talentos y que lo que parecía una dificultad inicial había resultado ser una gran oportunidad para unirse.
El sol salió nuevamente, y ese mural se convirtió en un recuerdo inolvidable de su primer gran trabajo en equipo. Desde entonces, siempre recordaban cómo juntos podían lograr mucho más. En el jardín de infantes, todos compartieron ideas, se ayudaron y celebraron sus logros. El verdadero tesoro de la amistad lo habían encontrado al aprender a trabajar juntos. Y así, esos siete pequeños, siempre unidos, continuaron compartiendo sus aventuras aprendiendo que la unión hace la fuerza.
FIN.