El maravilloso viaje de Gael
Gael era un niño que muchas veces tenía una conducta un poco inestable, lo que retrasaba un poco su aprendizaje. Además, era un poco tímido y no le gustaba interactuar con sus compañeros ni jugar con ellos.
También tenía poca memoria y no le gustaba pensar ni razonar. Un día, mientras Gael se sentaba en clase sin prestar atención, la maestra anunció un concurso de cuentos. Todos los niños estaban emocionados, pero Gael se sentía abrumado.
- ¿Por qué siempre tengo que hacer cosas que no me gustan? - se preguntó con tristeza. Esa tarde, regresó a casa con la cabeza llena de nubarrones.
Su abuela, al notar su desánimo, se sentó a su lado y le preguntó qué le sucedía. Gael, con la mirada gacha, le contó sobre el concurso de cuentos. Su abuela sonrió con ternura y le dijo: - Gael, a veces las cosas que nos parecen difíciles o desagradables esconden oportunidades maravillosas.
Tú tienes una imaginación increíble, así que seguro se te ocurrirá una historia fabulosa. Gael no estaba convencido, pero decidió intentarlo. Se sentó frente a su hoja en blanco y comenzó a escribir.
Al principio le costaba encontrar las palabras, pero poco a poco su narración cobró vida. Creó un mundo fantástico donde los árboles cantaban y los unicornios bailaban bajo la luna. Con cada párrafo, Gael se sentía más seguro y feliz.
Finalmente, terminó su cuento y lo leyó en voz alta en clase. Para su sorpresa, todos sus compañeros lo escucharon con atención y al final lo aplaudieron. Gael entendió que había descubierto algo maravilloso: su propia voz a través de la escritura.
A partir de ese día, cada obstáculo se convirtió en un desafío emocionante para él. Poco a poco, Gael comenzó a interactuar más con sus compañeros, a jugar con ellos y a sentirse más confiado. Su memoria mejoró al ejercitarla con historias y poesías.
Y descubrió que pensar y razonar le abrían las puertas a nuevos mundos de conocimiento. Gael entendió que su inestabilidad era solo una pequeña nube en un cielo lleno de posibilidades.
Desde entonces, cada dificultad se transformó en una oportunidad para él, porque había aprendido que hasta en los momentos más oscuros, siempre puede brillar una luz de esperanza.
FIN.