El maravilloso viaje de Juana por nacer


Había una vez en el cielo, un lugar mágico donde vivían todas las almas que estaban por nacer. En ese lugar brillante y lleno de estrellas, una pequeña alma llamada Juana estaba ansiosa por emprender su viaje hacia la tierra.

Juana veía desde arriba a sus futuros padres, Anto y Manu, preparando cada detalle para recibirla.

Anto, una mamá amorosa y compañera, cantaba dulces canciones de cuna mientras acariciaba su vientre, mientras que Manu, su papá atento, colmaba la habitación con amor y juguetes, esperando impacientemente su llegada. Además, Juana sabía que tendría a cuatro amigos maravillosos, Mateo, Felipe, Benja y Lolo, quienes la esperarían para jugar y reír juntos.

- ¡Juana, pronto estaremos juntos! - le gritaban desde la tierra con emoción. Las estrellas, observando todo desde el cielo, guiaban con amor el viaje de Juana hacia la vida terrenal.

Cada noche, Juana conversaba con las estrellas, les contaba sus emociones y les preguntaba sobre la vida que le esperaba. Las estrellas la escuchaban con cariño y le recordaban lo valiente y especial que ella era.

Una noche, una estrella le susurró: - Querida Juana, la vida en la tierra será un maravilloso viaje lleno de aventuras, aprendizajes y amor. Encontrarás momentos de alegría y también desafíos, pero siempre estarás rodeada de amor y cuidado.

Manu y Anto, tus amorosos padres, te esperan con los brazos abiertos, y Mateo, Felipe, Benja y Lolo serán tus compañeros de juegos y risas. Tú, Juana, traerás luz y amor a sus vidas, y ellos a la tuya. Confía en ti misma, valiente alma, y permite que cada experiencia te nutra y te haga crecer.

Con el dulce mensaje en su corazón, Juana se preparó para iniciar su emocionante viaje hacia la tierra, lista para vivir cada momento con valentía y amor. Las estrellas la abrazaron con destellos de luz, enviándole su amor y energía. Finalmente, llegó el momento.

Juana comenzó su descenso, rodeada de estrellas parpadeantes y cantos celestiales. Cuando llegó a la tierra, Manu y Anto la recibieron con lágrimas de felicidad, mientras que Mateo, Felipe, Benja y Lolo saltaban de emoción.

Juana, sintiéndose amada y protegida, se preparó para iniciar su maravilloso viaje, sabiendo que siempre tendría la luz de las estrellas y el amor de sus seres queridos a su lado.

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