El maravilloso viaje de Mar en busca del helado perfecto




Mar era una niña muy curiosa y siempre estaba en búsqueda de nuevas aventuras. Pero lo que más le gustaba a Mar, más que nada en el mundo, era el helado.

Ella disfrutaba de cada sabor y color que esta maravillosa delicia le ofrecía. Un día, mientras paseaba por el parque, Mar vio un letrero que decía: “El helado perfecto te espera en el Bosque de los Sabores”.

Sin dudarlo un segundo, Mar decidió emprender un viaje hacia este misterioso lugar. "¡Mamá, mamá! ¡He visto un letrero que dice que el Bosque de los Sabores tiene el helado perfecto! ¡Debo encontrarlo!" - exclamó Mar emocionada. "¿El Bosque de los Sabores? ¡Suena emocionante!", respondió su mamá con una sonrisa.

Mar se preparó para su aventura y, antes de salir, su mamá le entregó un mapa del bosque y le dijo: "Recuerda, Mar, escucha a tu corazón y sigue el camino que te haga más feliz".

Con estas palabras en mente, Mar se adentró en el bosque. Pronto se encontró con un río de helado de fresa que le bloqueaba el paso. Decidió probar un poco y descubrió que el río era el más delicioso que había probado nunca.

Llenando una pequeña botella con el helado de fresa, Mar continuó su camino. Después de un rato, se topó con un puente de chocolate. "¡Qué delicia!", exclamó Mar.

Cruzó el puente con cuidado, tomando un poco de chocolate con sus manos para saborearlo mientras avanzaba. Al final del puente, encontró una señal que indicaba dos caminos: uno estaba decorado con caramelos de colores brillantes y el otro tenía un aroma a vainilla.

Mar se detuvo a pensar y en ese momento recordó las palabras de su mamá. Escuchó su corazón y decidió seguir el camino de la vainilla. Finalmente, llegó a un claro del bosque donde estaba parado un enorme oso de algodón de azúcar.

Al principio, Mar sintió miedo, pero el oso le dijo con voz suave: "¡No temas! Yo soy el guardián del helado perfecto. En este claro, encontrarás el helado más especial que hayas imaginado. Solo aquellos con un corazón puro y valiente pueden probarlo".

Mar se acercó con valentía y el oso le ofreció una copa de helado. Cada cucharada desprendía una explosión de sabores en su boca y su corazón se llenaba de alegría. En ese momento, Mar supo que había encontrado el helado perfecto.

Con su corazón rebosante de felicidad, regresó a casa para compartir su maravillosa aventura con su mamá.

Desde ese día, Mar comprendió que la verdadera magia no solo estaba en el helado, sino en el camino que había recorrido para encontrarlo, escuchando su corazón y siguiendo la felicidad en cada paso. Y así, cada sabor de helado se volvió aún más especial, porque traía consigo el recuerdo de su increíble aventura en el Bosque de los Sabores.

FIN.

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