El Mariana y la Magia de la Navidad
Había una vez un niño llamado Mariana que vivía en un pequeño pueblo envuelto en luces brillantes y decoraciones coloridas cada diciembre. Sin embargo, a diferencia de los demás niños, a Mariana no le gustaba la Navidad. La música, las luces, y los villancicos no lo emocionaban, y siempre decía:
"¿Por qué tiene que ser tan ruidoso y lleno de cosas?"
Mariana prefería jugar solo en su rincón con sus juguetes y sus libros de aventuras. Pero un día, su mejor amiga, Lila, vino a visitarlo y encontró a Mariana con su cara llena de desagrado.
"¿Por qué no estás disfrutando de la Navidad, Mariana? ¡Es un momento mágico!"
"No lo es para mí, Lila. Todo el mundo corre de un lado a otro, comprando cosas que no necesitan. A mí no me gusta todo este alboroto."
"Tal vez no lo veas así porque no has probado a disfrutarlo de otra manera. ¡Ven, acompañame!"
Lila tomó la mano de Mariana y lo llevó al centro del pueblo, donde la feria navideña estaba lista para abrir. No obstante, Mariana se sentía incómodo con toda esa energía.
"¿Ves? ¡Distracciones por todos lados!"
Pero al mirar a su alrededor, comenzó a notar algo distinto. En un rincón del lugar, los niños estaban construyendo un enorme muñeco de nieve.
"Mirá, Mariana. ¡Hagamos uno!"
Al principio, Mariana dudó, pero finalmente, se unió a los demás. A medida que armaban el muñeco, comenzaron a jugar y a reír. Con cada bola de nieve que colocaban, poco a poco, Mariana sintió como el frío de su corazón se derretía.
"Este es... divertido. ¡Nunca pensé que podría ser así!"
"¡Ya ves! Hay magia en compartir con los demás, y no solo en comprar cosas. La verdadera Navidad es para disfrutarla con los que queremos."
Y entonces, algo inesperado sucedió. Al acabar el muñeco, comenzaron a contar historias sobre los viajes que habían hecho y los sueños que tenían. Mariana se dio cuenta de que cada niño tenía su propia historia especial.
"Yo tengo un sueño secreto. Quiero ser explorador como los de los cuentos. Viajar y conocer otros lugares increíbles."
Los ojos de Lila se iluminaron.
"¡Eso es increíble! ¿Y si hacemos un envío de cartas a Santa contándole sobre nuestros sueños?"
"¿Cartas a Santa? No estoy seguro de que eso funcione..."
"Lo importante es que soñemos juntos. Podría ser divertido. ¡Vamos!"
Así que Mariana escribió su carta, y mientras lo hacía, se sintió más alegre. La idea de compartir sus sueños con sus amigos lo llenó de emoción.
"¡Lila, mira! Estoy escribiendo, ¡y me siento bien!"
"¡Claro que sí! Vamos a mirar cómo vuelan nuestras cartas en la noche estrellada."
Al caer la noche, los niños levantaron sus cartas al cielo, sintiendo el frío y la felicidad al mismo tiempo. Mariana miró a su alrededor y vio a todos riendo y disfrutando.
"Lila, creo que la Navidad no es lo que pensaba..."
"¿Lo ves? ¡Es un momento de amistad, sueños y amor!"
Mariana no solo se llevó una sonrisa esa noche, sino también experiencias memorables y un nuevo deseo en su corazón. A partir de ese día, la Navidad se convirtió en una época de unión, donde compartían risas y sueños con sus amigos. Nunca volvió a ver la Navidad de la misma manera.
"Gracias, Lila. Nunca habría pensado que la Navidad pudiera ser tan divertida".
"Todo es posible cuando tenemos a nuestros amigos cerca. ¡Feliz Navidad, Mariana!"
Y así, Mariana descubrió la verdadera magia de la Navidad. No eran solo luces y regalos, sino momentos compartidos con amor y alegría. Desde entonces, siempre esperaba la llegada de esa época del año, ansioso por nuevas aventuras junto a sus amigos.
Y colorín colorado, este cuento ha terminado.
FIN.