El Mejor Día de Amtes



Era un hermoso día soleado cuando Amtes, un niño de pelo moreno, se despertó con una sonrisa en su rostro. Hoy era un día especial, porque iba a visitar una granja llena de caballos, su pasión. "¡Mamá!" -gritó emocionado"¿Ya estamos listos para ir a la granja?"

Su mamá, contenta, le dio un abrazo. "Sí, cariño. Tu padre y tu hermano también se están preparando. ¡Será un día inolvidable!"

Amtes se acercó a su hermano menor, Lucas, que solo tenía 5 años. "Lucas, hoy vamos a ver caballos. ¿Te acordás de lo que te dije sobre ellos?"

Lucas, con sus ojos brillantes, respondió "¡Sí! ¡Quiero montar uno!"

Cuando finalmente llegaron a la granja, Amtes sintió que su corazón daba vueltas de felicidad. Había caballos de todos los colores: blancos, negros, marrones y algunos con manchas.

"¡Mirá, Lucas!" -dijo Amtes mientras señalaba a un hermoso caballo negro que parecía especialmente amistoso."Ese es mi favorito. Se llama Pantera."

Amtes se acercó a Pantera, quien lo recibió con un suave relincho. El granjero, un hombre mayor con una sonrisa amable, se acercó a ellos. "Hola chicos, bienvenidos a mi granja. ¿Quieren aprender a cuidar a los caballos?"

"¡Sí, por favor!" -exclamó Amtes con entusiasmo.

El granjero les mostró cómo peinar el manto de los caballos, darles de comer y acariciarles el cuello. Amtes tomó un peine y, con mucho cuidado, comenzó a peinar a Pantera. "Sos el más lindo, ¿sabías?" -le susurró.

Después, el granjero les enseñó a darles un poco de heno.

"Los caballos son seres muy inteligentes, deben ser tratados con amor y cuidado. Nunca los maltraten, chicos."

Amtes prestó atención y aseguró a su hermano que siempre debería tratar bien a los animales.

"Voy a ser el mejor cuidador de caballos del mundo, ¡como el granjero!" -anunció orgulloso.

Luego llegó el momento que tanto habían esperado: montar a caballo. Amtes subió primero.

"¡Esto es increíble!" -gritó mientras Pantera trotaba suavemente.

Pero de repente, un ruido fuerte sonó cerca.

"¡BOOM!"

Un grupo de patos salió corriendo y asustó a los caballos. Pantera, un poco nervioso, empezó a galopar. Amtes, sintiendo que quizás no podía controlarlo, recordó lo que había aprendido.

"¡Calma, Pantera!" -dijo jalandolo suavemente"Sé que estás asustado, pero yo estoy aquí contigo."

Milagrosamente, Pantera comenzó a responder a la voz de Amtes. El granjero, al ver lo que sucedía, gritó "Bien hecho, Amtes. Hablarles con calma es muy importante. Ahora relaja tus piernas y mantente firme en el sillín."

Con el tiempo, Pantera volvió a calmarse y Amtes se sintió orgulloso de haber manejado la situación.

Después de montar y aprender sobre los caballos, llegó la hora de despedirse.

"Gracias, señor. Hoy fue el mejor día de mi vida." -le dijo Amtes al granjero.

"Recuerda, Amtes, con el amor y el respeto hacia los animales, puedes lograr muchas cosas."

De vuelta a casa, Amtes no paraba de hablar sobre su día.

"Mamá, papá, ¡mejoré muchísimo! Quiero aprender más sobre caballos y ayudar a cuidar de ellos."

Y desde entonces, no solo se convirtió en el mejor cuidador de caballos, sino que aprendió a cuidar y respetar todos los seres vivos. Así, aunque ese día en la granja había terminado, el amor por los caballos y la naturaleza solo creció en su corazón.

"Un día, quizás tenga mi propio caballo", pensó Amtes, mientras sonreía, recordando su emocionante aventura. Fin.

FIN.

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