El mensaje de Copito
En un circo muy especial, donde la magia y la diversión se mezclaban en perfecta armonía, vivían el elefante Trompita, el payaso Risitas, la trapecista Estrellita y una piscina de agua brillante.
Todos los días, realizaban increíbles espectáculos que dejaban boquiabiertos a grandes y chicos. Un día soleado, mientras todos se preparaban para el gran show de la tarde, un mago misterioso apareció en medio del escenario.
Con un movimiento de su varita mágica, hizo que de su sombrero saliera un conejito blanco y animal. El público estalló en aplausos al ver al tierno animalito dando saltitos por el escenario. - ¡Oh! ¡Qué lindo conejito! -exclamó Estrellita desde lo alto de su trapecio.
- ¡Es tan adorable! -agregó Risitas con una sonrisa enorme en su rostro pintado. - ¿Cómo se llama? -preguntó Trompita con curiosidad.
El mago se acercó al grupo con una sonrisa misteriosa en sus labios y dijo:- Este es Copito, un conejo muy especial que ha venido a traerles un mensaje importante. Todos los artistas del circo se miraron entre sí intrigados. Copito comenzó a mover su hocico como si estuviera hablando sin emitir ningún sonido.
De repente, el agua de la piscina empezó a agitarse y de ella emergió una sirena hermosa con largos cabellos dorados. - ¡Soy Marina, la guardiana del circo! -anunció la sirena con voz melodiosa-.
He venido para recordarles que juntos son más fuertes y capaces de superar cualquier desafío. Estrellita, Risitas, Trompita y Copito escucharon atentamente las palabras de Marina.
Comprendieron que cada uno tenía un papel fundamental en el circo: Estrellita deslumbraba con sus acrobacias en el trapecio; Risitas llenaba de alegría los corazones con sus bromas; Trompita sorprendía a todos con su destreza como elefante; y ahora Copito les recordaba la importancia de trabajar en equipo.
Decidieron ensayar un nuevo acto para el show esa tarde: una actuación donde cada uno mostraría sus habilidades individuales pero también colaborarían juntos para crear algo verdaderamente único. Estrellita volaría por los aires mientras Risitas hacia reír al público; Trompita realizaría trucos asombrosos con su trompa; y Copito haría pequeñas travesuras para enternecer los corazones.
El momento llegó y el circo estaba lleno hasta los topes. La nueva actuación dejó maravillados a todos: niños riendo felices, adultos emocionados y ancianos recordando tiempos pasados.
El mensaje de unidad transmitido por Marina resonaba en cada corazón presente. Al final del espectáculo, Marina desapareció entre las aguas de la piscina llevándose consigo parte del brillo del atardecer.
El mago recogió a Copito entre sus manos e hizo una reverencia ante todos antes de partir hacia nuevos horizontes. Desde ese día, el circo siguió brillando más que nunca gracias al trabajo en equipo y la solidaridad entre sus integrantes.
Y aunque nunca más volvieron a ver al mago ni a Marina, siempre recordaron aquella lección invaluable: juntos pueden lograr lo imposible.
FIN.