El mensaje del mar
Había una vez, en un pequeño pueblo costero llamado Mar del Sol, donde vivían varios niños curiosos y aventureros. Ellos eran grandes amantes de la naturaleza y siempre estaban preocupados por el cuidado del planeta tierra.
Un día, mientras exploraban la playa en busca de tesoros marinos, encontraron una botella flotando en el agua. La sacaron rápidamente y dentro había un mensaje misterioso. Decía: "¡Ayuda! El océano está en peligro y solo ustedes pueden salvarlo".
Los niños se miraron con asombro y decidieron que tenían que hacer algo al respecto. Se dirigieron a su querida maestra, la señorita Ana, quien era conocida por ser muy sabia y comprensiva.
La señorita Ana escuchó atentamente a los niños y les explicó que el problema era grave: el océano estaba siendo contaminado por desechos plásticos y esto afectaba a todas las criaturas marinas. Los peces no podían respirar bien ni encontrar comida debido a la basura acumulada.
Los niños estaban tristes e indignados por lo que ocurría. Decidieron organizar una campaña para limpiar las playas y concientizar a todos sobre la importancia de cuidar nuestro medio ambiente.
Trabajaron arduamente durante días recolectando bolsas llenas de basura de las playas. Pero aún así sentían que necesitaban hacer más para ayudar al océano. Una noche, mientras caminaban cerca del faro del pueblo, escucharon un canto melodioso proveniente del mar.
Se acercaron sigilosamente hasta llegar al borde del agua y vieron a una hermosa sirena flotando en la superficie. - ¡Hola! ¿Quién eres? - preguntó uno de los niños con asombro. - Soy Marina, la sirenita de Disney.
He venido a pedir su ayuda para salvar el océano - respondió la sirena con voz suave. Los niños se miraron emocionados y le contaron todo lo que habían estado haciendo para proteger el medio ambiente.
Marina les dijo que ella también estaba preocupada por el océano y les propuso algo increíble: si conseguían limpiar todas las playas del pueblo, ella utilizaría sus poderes mágicos para sanar el agua y devolverle la vida al mar. Los niños aceptaron el desafío sin dudarlo y trabajaron aún más duro.
Organizaron una gran jornada de limpieza en la que participó todo el pueblo. Juntos recogieron toneladas de basura y dejaron las playas impecables.
Cuando terminaron, Marina hizo un gesto con sus manos hacia el mar y algo extraordinario ocurrió: las aguas se volvieron cristalinas nuevamente, los peces nadaban felices y hasta pudieron ver delfines saltando en la distancia. Marina les agradeció a los niños por su valiosa ayuda y prometió regresar siempre que necesitaran de ella.
Los pequeños héroes estaban felices e inspirados por lo que habían logrado gracias a su esfuerzo conjunto. Desde ese día, Mar del Sol se convirtió en un ejemplo de cuidado ambiental para otros pueblos cercanos.
Los niños nunca olvidaron esa experiencia y siguieron trabajando incansablemente para preservar el medio ambiente y proteger el océano.
Y así, gracias a la valentía y compromiso de unos niños, el planeta tierra pudo respirar un poco mejor y los océanos volvieron a ser un hogar seguro para todas las criaturas marinas.
FIN.