El Mensaje del Mar



Había una vez en una pequeña isla rodeada de aguas cristalinas, un niño llamado Tomás que soñaba con aventuras. Un día, mientras caminaba por la playa, encontró una botella flotante.

Emocionado, la recogió y descubrió que dentro había un mensaje: "¡Ayuda! Estoy atrapada en una isla desconocida". Tomás decidió que no podía dejar a nadie en apuros. Con sus amigos, Ana y Mateo, construyó un pequeño bote de madera con trozos de remos y materiales que encontraron en la playa.

"¿Estamos listos para la aventura?"- preguntó Ana, emocionada. "¡Sí!"- respondió Tomás, decidido a no rendirse. Juntos, zarparon al horizonte, siguiendo las indicaciones del mensaje en la botella.

Tras

navegar un buen rato, llegaron a una isla llena de árboles frondosos y rocas misteriosas. Pero no había señales de alguien atrapado. De repente, escucharon un suave llanto. "¿Quién está ahí?"- gritó Mateo, haciendo eco entre las piedras. Tras seguir el sonido, encontraron a una pequeña tortuga que no podía regresar al mar.

"¡Oh no! Necesita ayuda"- dijo Tomás. Sin pensarlo, formaron un círculo y usando su creatividad, construyeron un mini puente con ramas y piedras. Con gran cuidado, guiaron a la tortuga por el puente hasta que finalmente pudo volver al agua.

"¡Lo hicimos!"- gritó Ana con alegría. Los tres amigos aprendieron que la verdadera aventura era ayudar a los demás y que, a veces, los mensajes más importantes vienen en las formas más inesperadas.

FIN.

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