El mensaje en el bote


Vera, Maite y Lupe eran primas, pero vivían en diferentes ciudades. A pesar de la distancia, siempre encontraban una forma de jugar juntas. Una de sus pasiones era ir a la playa y disfrutar del mar.

Un día, Vera recibió una invitación para pasar el verano en la casa de su abuela que estaba cerca de la playa. Ella no podía esperar para contárselo a sus primas. -¡Chicas! Tengo una noticia emocionante -dijo Vera por teléfono-.

Voy a pasar todo el verano en la casa de nuestra abuela cerca del mar. -¡Qué emocionante! -exclamaron Maite y Lupe al unísono. Vera estaba feliz porque finalmente podría estar con sus primas durante más tiempo.

Las tres estaban ansiosas por hacer planes juntas. Cuando llegó el primer día en la playa, las chicas corrieron hacia el agua. Nadaron y saltaron olas hasta que se cansaron. Luego construyeron castillos de arena y recolectaron caracoles.

Mientras jugaban, notaron algo extraño flotando en el agua. Era un bote pequeño con una vela rota y un remo roto también. -¿Qué es eso? -preguntó Lupe señalando hacia el bote abandonado--No lo sé...

Parece que necesita ayuda -dijo Maite preocupadaLas chicas decidieron acercarse al bote para investigar más detenidamente. Cuando llegaron allí, encontraron un mensaje dentro del bote: "Por favor ayúdame". -Oh no...

alguien está atrapado aquí -dijo Vera angustiada-Las chicas comenzaron a buscar alrededor del bote para ver si podían encontrar a alguien. Después de unos minutos, vieron una silueta en el agua. Era un hombre mayor que estaba tratando de nadar hacia la costa.

-¡Tenemos que ayudarlo! -dijo Maite-Las chicas se pusieron en acción y ayudaron al hombre a llegar a la playa. El hombre estaba tan agradecido que les contó su historia: había estado navegando solo cuando su barco se volcó y perdió todo lo que tenía.

Las chicas decidieron ayudar al hombre y comenzaron una campaña para recolectar fondos para reparar su bote y comprarle suministros nuevos. Comenzaron vendiendo limonada casera en la playa, luego organizaron un concierto benéfico con otros niños locales.

Finalmente, lograron recaudar suficiente dinero para ayudar al hombre. Y aunque nunca más lo volvieron a ver, las chicas sabían que habían hecho algo bueno por alguien necesitado.

Después de esa experiencia, las primas aprendieron la importancia de trabajar juntas como equipo y siempre estar dispuestas a ayudar a los demás sin esperar nada a cambio. Y así continuaron disfrutando del resto de sus vacaciones juntas, haciendo recuerdos inolvidables en la playa cada día.

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