El mensaje estelar
Había una vez un valiente terrícola llamado Cleider, quien se encontraba explorando el espacio en su nave espacial. Un día, mientras volaba por un planeta desconocido, divisó desde lo alto un enorme agujero en medio de un desierto.
Intrigado por lo que podría encontrar allí, Cleider decidió aterrizar y explorar más de cerca. Al acercarse al agujero, quedó asombrado al descubrir que dentro había un hermoso manantial con agua cristalina y refrescante.
Pero eso no era todo; había algo aún más sorprendente: ¡un niño pequeño nadando felizmente en el manantial! Cleider se acercó al niño con curiosidad y le preguntó: "Hola, pequeño ¿cómo te llamas?".
El niño respondió con una sonrisa radiante: "¡Hola! Mi nombre es Nico". - ¡Mucho gusto, Nico! Soy Cleider -respondió el terrícola-. ¿Qué haces aquí solo en este lugar tan misterioso? Nico explicó que vivía allí desde que tenía memoria.
Había caído accidentalmente en ese agujero cuando era bebé y había aprendido a sobrevivir gracias a la generosidad del manantial y la sabiduría de los seres mágicos del planeta. Cleider quedó fascinado por esta historia y decidió aprender más sobre aquel lugar único.
Mientras pasaban tiempo juntos, Nico le enseñaba cómo cuidar del medio ambiente y respetar la naturaleza. Un día, mientras exploraban las inmediaciones del manantial, escucharon un ruido extraño.
Al acercarse, descubrieron que un grupo de extraterrestres malvados estaba contaminando el agua del manantial con desechos tóxicos. Cleider y Nico se miraron con determinación y rápidamente idearon un plan para detener a los invasores.
Usaron su ingenio y valentía para enfrentar a los extraterrestres, convenciéndolos de que la belleza del planeta era algo digno de proteger. Los extraterrestres se dieron cuenta de su error y prometieron no volver a dañar el manantial ni ningún otro lugar. Cleider y Nico les enseñaron cómo cuidar el medio ambiente y vivir en armonía con la naturaleza.
Después de ese episodio, Cleider decidió quedarse en aquel planeta desconocido junto a su nuevo amigo Nico. Juntos, trabajaron para preservar la pureza del manantial y difundir sus conocimientos sobre la importancia de cuidar nuestro hogar, la Tierra.
Con el tiempo, más terrícolas llegaron al planeta gracias al relato inspirador de Cleider. Todos aprendieron las lecciones valiosas sobre respeto por el medio ambiente y trabajo en equipo que habían aprendido junto a Nico.
Así es como Cleider encontró no solo un tesoro en forma de manantial mágico, sino también una amistad inquebrantable con Nico y una misión importante: proteger nuestro hogar cósmico llamado universo.
Y así continúa esta historia llena de aventuras intergalácticas, donde cada día se aprende algo nuevo sobre la importancia de cuidar nuestro entorno natural mientras exploramos nuevos horizontes en el vasto universo.
FIN.