El Mensajero del Universo
Había una vez un burrito llamado Mensajero que siempre acompañaba a Jesús de Nazaret en sus viajes. Juntos, recorrían pueblos y ciudades llevando mensajes de amor y paz a todas las personas que encontraban en su camino.
Un día, mientras Jesús descansaba bajo la sombra de un árbol, Mensajero se acercó a él con curiosidad en sus ojos burriles. "Maestro, ¿alguna vez has pensado en viajar al inicio de la creación del universo?"- preguntó el burrito.
Jesús sonrió y acarició suavemente el lomo de Mensajero. "Es una idea interesante, mi fiel amigo. ¿Por qué no lo intentamos?"Sin perder tiempo, Jesús y Mensajero subieron a una nave espacial mágica que los llevaría al comienzo del universo.
La nave despegó velozmente y pronto se encontraron flotando en medio de la oscuridad infinita. De repente, una luz brillante apareció ante ellos. Era como si estuvieran mirando directamente al corazón mismo del universo.
Las estrellas bailaban a su alrededor mientras colores vibrantes pintaban el espacio vacío. Mensajero quedó maravillado ante tal espectáculo. "¡Esto es increíble! ¡El universo es la mejor obra de arte que he visto nunca!"Jesús asintió con ternura.
"Así es, querido Mensajero. Cada estrella, cada planeta, cada galaxia fue creado con amor y cuidado por nuestro Padre celestial.
"Mientras exploraban el inicio del universo, vieron cómo las estrellas nacían y morían, cómo los planetas se formaban a partir de polvo cósmico y cómo la vida florecía en lugares inimaginables. "¿Cómo lo hizo Dios para crear todo esto?"- preguntó Mensajero, fascinado. Jesús le explicó pacientemente "Dios es un artista supremo.
Usó su infinita sabiduría y poder para darle forma al universo. Fue un proceso lento pero hermoso, donde cada detalle fue cuidado con amor. "Mensajero asintió mientras seguían explorando.
Comprendió que el universo era una obra de arte en constante evolución, y que cada ser vivo tenía un lugar especial en él. Cuando finalmente regresaron a la Tierra, Mensajero estaba lleno de gratitud por haber presenciado tal maravilla. Ahora entendía la importancia de cuidar el universo y protegerlo para las generaciones futuras.
Desde ese día, Mensajero se convirtió en un defensor del medio ambiente. Viajaba por el mundo llevando mensajes sobre la importancia de reciclar, conservar recursos naturales y respetar todas las formas de vida.
Cada vez que contaba su historia a niños y niñas curiosos, les recordaba que todos somos parte de esta gran obra de arte llamada universo. Y si cada uno hace su parte para cuidarlo, podremos seguir disfrutando de su belleza por mucho tiempo más.
Así termina la historia del burrito Mensajero, quien aprendió sobre la creación del universo y se convirtió en un mensajero del cuidado ambiental. Y tú también puedes ser como él: protege el universo, cuida de la naturaleza y recuerda que cada pequeño gesto cuenta.
FIN.