El mico valiente y el árbol mágico


En lo profundo de la selva tropical vivía un pequeño mico llamado Mateo. Mateo era muy curioso y siempre estaba explorando su entorno en busca de aventuras emocionantes.

Un día, mientras saltaba de árbol en árbol, se encontró con una planta extraña que parecía brillar. Intrigado, Mateo decidió acercarse y tocarla. ¡Pero al hacerlo, algo mágico ocurrió! La planta comenzó a crecer rápidamente hasta convertirse en un enorme árbol lleno de frutas multicolores.

Mateo no podía creer lo que veían sus ojos y se sintió tentado a probar las deliciosas frutas.

Justo cuando iba a tomar una fruta, una voz resonó desde el árbol: "¡Espera, pequeño mico! Antes de comer estas frutas mágicas, debes cumplir tres tareas para demostrar tu valentía y sabiduría".

Mateo estaba emocionado por el desafío y preguntó: "¿Cuáles son las tareas que tengo que realizar?"La voz respondió: "Primera tarea: Debes encontrar un tesoro escondido en la cueva más oscura de la selva". Mateo se adentró valientemente en la cueva oscura sin dudarlo. Mientras avanzaba entre las sombras, encontró arañas gigantes y murciélagos asustadizos pero siguió adelante sin temor.

Finalmente llegó al final de la cueva donde descubrió un cofre lleno de monedas brillantes. —"Felicitaciones" , dijo la voz del árbol. "Has superado la primera tarea con éxito. Ahora, para la segunda tarea, debes ayudar a un perezoso a construir su hogar en lo alto de los árboles".

Mateo encontró al perezoso llamado Pepe durmiendo tranquilamente en una rama baja. Decidió despertarlo gentilmente y explicarle sobre la segunda tarea.

Juntos, Mateo y Pepe recolectaron ramas y hojas para construir un hermoso nido en lo alto de los árboles. "¡Increíble trabajo!", dijo entusiasmada la voz del árbol. "Ahora viene la última tarea: debes encontrar una planta medicinal que cure a todos los animales enfermos de la selva".

Mateo se embarcó en su búsqueda por toda la selva, preguntando a cada animal si conocían alguna planta curativa. Después de mucho buscar, encontró a un viejo elefante sabio que le contó sobre una planta mágica escondida cerca del río.

Cuando Mateo llegó al río, vio una hermosa flor blanca brillante. Sabía que esta era la planta que estaba buscando. Rápidamente recogió algunas hojas y regresó al árbol mágico. "¡Lo has logrado!" exclamó el árbol emocionado.

"Has demostrado tu valentía y sabiduría al completar las tres tareas exitosamente". De repente, el árbol comenzó a brillar intensamente y se transformó en un ser humano amable con una sonrisa cálida. "Soy el espíritu guardián de esta selva", dijo el hombre amablemente.

"Has demostrado ser un verdadero héroe y mereces una recompensa". El espíritu guardián le otorgó a Mateo un collar mágico que le permitiría comunicarse con todos los animales de la selva.

Desde ese día en adelante, Mateo se convirtió en el protector de la selva y sus habitantes. Utilizando su nuevo don, ayudó a resolver disputas entre animales, evitó que cazadores furtivos lastimaran a los animales y enseñó a otros sobre la importancia de cuidar y respetar la naturaleza.

Y así, gracias a su valentía y sabiduría, Mateo vivió muchas aventuras emocionantes mientras protegía su hogar en lo profundo de la selva tropical.

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