El miedo a los payasos
Había una vez una niña llamada Sofía, que tenía un miedo muy grande a los payasos. Para ella, eran personajes aterradores con sus caras pintadas y sus ropas coloridas. Su miedo era tan grande que no quería dormir sola en su habitación durante la noche. Siempre pedía dormir con su mamá, su papá o sus hermanos, ya que sentía que si estaba acompañada, no tendría que enfrentar sus miedos en soledad. La oscuridad de la noche también le generaba temor, y cada sombra se convertía en una amenaza para ella. Un día, su mamá decidió abordar el problema.
"Sofía, entiendo que los payasos te generen miedo, pero debes aprender a enfrentar tus temores", le dijo su mamá con dulzura.
"Pero mamá, no puedo evitar sentirme asustada", respondió Sofía con tristeza.
"Lo sé, cariño, pero debes recordar que tienes el coraje para superar esto. Además, siempre estaremos aquí para apoyarte", le aseguró su mamá.
Sofía reflexionó sobre las palabras de su mamá y decidió que debía hacer algo al respecto. Comenzó a buscar información sobre los payasos, tratando de entender por qué le generaban tanto miedo. Descubrió que los payasos, en realidad, tenían la intención de hacer reír a las personas, y que su aspecto colorido era parte de su trabajo para alegrar a los demás. Poco a poco, fue cambiando su percepción sobre ellos.
Además, con la ayuda de su papá, crearon un sistema de luces tenues en su habitación para combatir la oscuridad. Sofía aprendió a encender una pequeña luz y respirar profundamente cada vez que sentía miedo. Con el tiempo, comenzó a sentirse más valiente y tranquila. Una noche, mientras miraba su habitación iluminada por la luz tenue, se dio cuenta de que ya no sentía tanto miedo como antes. Descubrió que el coraje no significa no tener miedo, sino enfrentar los miedos y superarlos. Con el apoyo de su familia y su propia valentía, Sofía logró vencer su temor a los payasos y a la oscuridad. Ahora, podía dormir en su habitación sin problemas, sabiendo que siempre tendría el amor y el apoyo de su familia.
FIN.