El Milagro de la Ciudad Feliz



En una ciudad triste y desordenada, vivía Esteban, un niño con grandes sueños y esperanzas. Cada día, al caminar por las calles sucias y grises, veía a los niños jugando con tristeza y a los adultos caminando sin rumbo. Esteban soñaba con un lugar donde todos fueran felices, donde no hubiera hambre ni frío, donde las calles estuvieran limpias y llenas de alegría. Un día, cansado de ver tanta tristeza a su alrededor, decidió tomar cartas en el asunto.

-“Papá, mamá, quiero hacer algo para cambiar nuestra ciudad. No podemos seguir viendo a los niños sufrir” - les dijo Esteban con determinación. Sus padres, emocionados por la valentía de su hijo, lo apoyaron en su misión. Esteban reunió a todos los niños que pudo encontrar y les propuso trabajar juntos para hacer de la ciudad un lugar mejor. Juntos, limpiaron las calles, plantaron árboles y flores, y pintaron murales coloridos en las paredes. A medida que más niños se iban uniendo a la causa, la ciudad empezó a transformarse.

Un día, mientras trabajaban en un parque, un hombre mayor se les acercó con una sonrisa. -“¡Qué maravilla lo que están haciendo, chicos! Cuando era joven, también soñaba con una ciudad mejor. Ustedes me han traído mucha alegría hoy” - les dijo el hombre con gratitud. Los niños se sintieron felices al escuchar esas palabras. Esa noche, Esteban soñó con una idea extraordinaria.

Al día siguiente, reunió a todos los niños en la plaza principal y les propuso construir un gran parque de diversiones para que todos los niños de la ciudad pudieran jugar y reír juntos. Con mucho esfuerzo y trabajo en equipo, los niños lograron que su sueño se hiciera realidad. El parque de diversiones se convirtió en el lugar más feliz de la ciudad, donde los niños disfrutaban sin preocupaciones. La noticia corrió por toda la ciudad, y pronto, los adultos se unieron a la causa, creando programas para ayudar a las familias necesitadas y mejorando la infraestructura de la ciudad.

Poco a poco, la ciudad comenzó a transformarse en un lugar lleno de alegría, solidaridad y amor. Esteban y los niños habían logrado su milagro, demostrando que con esfuerzo, valentía y unión, cualquier sueño puede hacerse realidad.

FIN.

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