El Milagro de la Mariposa
Había una vez en un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires, un niño llamado Mateo. Mateo era un niño muy curioso y siempre estaba buscando aventuras nuevas para vivir.
Un día, mientras paseaba por el bosque cercano a su casa, se encontró con una mariposa herida en una de sus alas. Mateo sintió mucha tristeza al ver a la mariposa en ese estado, así que decidió llevarla a su casa para cuidarla y ayudarla a sanar.
Durante días, Mateo estuvo atento a las necesidades de la mariposa, dándole agua y comida, y asegurándose de que estuviera cómoda en su pequeña caja.
Con el paso del tiempo, la mariposa comenzó a recuperarse gracias a los cuidados de Mateo. Un día, cuando finalmente pudo volar nuevamente con sus dos alas sanas, la mariposa le dijo a Mateo:"¡Gracias por haberme cuidado y ayudado a sanar! Ahora puedo volver al bosque y seguir mi vida como antes.
"Mateo se sintió muy feliz al ver que la mariposa estaba bien y lista para volver a su hogar.
Pero antes de irse, la mariposa le dio un consejo:"Recuerda, Mateo, nunca subestimes el poder de tu bondad y tu compasión hacia los demás. A veces las acciones más pequeñas pueden tener un impacto enorme en la vida de alguien más.
"Con estas palabras resonando en su corazón, Mateo siguió adelante con una nueva perspectiva sobre el mundo que lo rodeaba. A partir de ese día, se comprometió a ser amable y solidario con todos los seres vivos que encontrara en su camino.
Y así fue como Mateo aprendió una valiosa lección: que cada acto de bondad puede hacer del mundo un lugar mejor para todos. Y desde entonces, se convirtió en un ejemplo para los demás niños del pueblo, inspirándolos a seguir sus pasos y sembrando semillas de amor y compasión dondequiera que fuera. Y colorín colorado...
¡este cuento solidario ha terminado!
FIN.