El milagro de la sábila


Había una vez una familia compuesta por Mamá Pilar, Papá Juan y sus dos hijos, Martín y Sofía. Vivían en una pequeña casa en las afueras de un pueblo muy tranquilo.

Un día, Mamá Pilar y los niños comenzaron a sentirse muy enfermos. Tenían fiebre alta, tos constante y se sentían débiles. Papá Juan estaba muy preocupado al ver a su familia enferma.

Recordó que su abuela solía hablarle sobre los poderes curativos de la planta de sábila. Decidió salir en busca de esta planta milagrosa para ayudar a su familia. Caminó por el bosque durante horas hasta que finalmente encontró la tan ansiada planta de sábila.

Rápidamente regresó a casa con ella y empezaron a aplicar el gel de la sábila en la piel de Mamá Pilar y los niños. Día tras día, la familia utilizaba la sábila como remedio natural. Pronto empezaron a notar mejorías en su salud.

La fiebre bajaba, la tos disminuía y recuperaban poco a poco sus fuerzas. Una mañana, mientras desayunaban juntos, Martín exclamó emocionado: "-¡Mamá! ¡Papá! ¡Ya no me duele nada!". Sofía también sonreía al sentirse mucho mejor.

Mamá Pilar abrazó a sus hijos con lágrimas en los ojos: "-¡Gracias al poder de la naturaleza hemos vencido esta enfermedad juntos!". La familia se sintió más unida que nunca gracias a esa experiencia tan difícil que habían atravesado juntos.

Aprendieron lo importante que es cuidar su salud y valorar las bondades que nos ofrece la naturaleza.

Desde ese día, cada uno de ellos cultivaba su propia planta de sábila en el jardín y siempre recordaban con gratitud cómo aquella planta milagrosa les devolvió la salud cuando más lo necesitaban. Y colorín colorado, este cuento ha terminado. Que siempre valoremosla naturaleza que tenemos al lado.

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