El milagro de Lucía



En el tranquilo pueblo de Pucarani, vivía una niña llamada Lucía. Lucía había sido abandonada de bebé en la puerta de un orfanato, y desde entonces su vida había sido dura y triste.

A pesar de todo, Lucía siempre mantenía una chispa de alegría en sus ojos, y soñaba con encontrar un hogar donde la quisieran y cuidaran. Un día, mientras paseaba por el pueblo, conoció a un grupo de niños que jugaban en la plaza.

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Hola, ¿quieres jugar con nosotros? -le preguntó un niño llamado Mateo. Lucía asintió, emocionada de poder unirse a ellos. Desde ese día, Lucía y los niños se volvieron inseparables.

Pasaban las tardes descubriendo tesoros escondidos en el bosque, construyendo casitas para los animales y riendo sin parar. A pesar de la alegría que encontraba junto a sus amigos, Lucía seguía sintiéndose triste por no tener una familia.

Una noche, mientras miraba las estrellas desde su ventana, hizo un pedido silencioso: encontrar un hogar donde la quisieran como a una verdadera hija. Entonces, algo mágico sucedió. Al día siguiente, una pareja de ancianos llegó al pueblo en busca de una niña a la que pudieran cuidar y querer.

Al conocer a Lucía, supieron de inmediato que ella era ese milagro que tanto habían esperado. Le ofrecieron un hogar lleno de amor y cuidados, y Lucía no pudo contener su felicidad. Finalmente, había encontrado su lugar en el mundo.

Con el apoyo de sus nuevos abuelos, Lucía siguió creciendo y aprendiendo, convirtiéndose en una joven valiente y compasiva. A pesar de su difícil comienzo, había encontrado la verdadera familia que tanto anhelaba.

FIN.

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