El misterio de la amistad



En el colegio francés de Buenos Aires, la pequeña Carito era conocida por su curiosidad y su valentía. Siempre estaba lista para resolver cualquier misterio que se presentara en su camino.

Un día, mientras jugaba en el patio del colegio, escuchó a sus compañeros murmurar sobre algo extraño que estaba ocurriendo en el salón de clases de francés. Intrigada, Carito se acercó a ellos y les preguntó qué sucedía.

Uno de sus amigos le contó que todas las mañanas, al llegar al salón, encontraban los pupitres desordenados y algunas cosas fuera de lugar. Nadie sabía quién era el responsable y todos estaban desconcertados.

Carito no pudo resistirse a la emoción de tener un nuevo misterio por resolver. Decidió investigar por su cuenta y poner a prueba sus habilidades detectivescas. Esa misma tarde, se coló en el salón de clases antes de que llegara la maestra y se escondió detrás del escritorio.

Minutos después, escuchó pasos acercándose lentamente. Desde su escondite, vio a Lucas, uno de los chicos más traviesos del colegio, entrar sigilosamente al salón con una sonrisa pícara en el rostro.

Carito contuvo la respiración para no ser descubierta mientras observaba cómo Lucas comenzaba a mover los pupitres y a esconder las cosas dentro de ellos.

¡Era él quien estaba causando todo ese desorden! Decidida a atraparlo in fraganti, Carito esperó a que Lucas terminara y saliera corriendo del salón creyendo que nadie lo había visto. En ese momento, ella saltó de su escondite y lo sorprendió con las manos en la masa.

- ¡Lucas! ¡Te atrapé! Sé que eres tú quien ha estado desordenando el salón todos los días -exclamó Carito triunfante. Lucas se quedó boquiabierto al verse descubierto por la pequeña detective. Finalmente admitió haber sido el responsable e intentó disculparse diciendo que solo quería hacer una broma inocente.

Carito aceptó sus disculpas pero le explicó lo importante que es respetar el espacio común y cuidar las pertenencias de los demás. Lucas entendió la lección y prometió no volver a hacer travesuras similares.

Al día siguiente, cuando todos llegaron al salón de clases, se sorprendieron al verlo impecablemente ordenado gracias al trabajo en equipo de Carito y Lucas. La historia del misterioso desorden quedó como un divertido recuerdo entre risas y complicidad.

Desde entonces, Carito se convirtió en la heroína del colegio francés no solo por resolver misterios sino también por enseñar valiosas lecciones sobre amistad y responsabilidad. Y así siguió viviendo nuevas aventuras junto a sus amigos mientras continuaba siendo una fuente inagotable de inspiración para todos quienes la rodeaban.

FIN.

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