El misterio de la bandera perdida
Había una vez en un pequeño pueblo argentino, un grupo de niños llamados Emilio, Martina, Juanita y Facundo, que estaban emocionados por celebrar el Día de la Bandera. Sin embargo, algo extraño sucedió esa mañana. Cuando llegaron a la plaza principal, descubrieron que la bandera más grande y hermosa del pueblo había desaparecido.
Los niños, decididos a resolver el misterio, formaron un equipo y se pusieron en marcha. Primero, visitaron a don Marcelo, un anciano muy sabio del pueblo, y le preguntaron si sabía algo sobre la desaparición. - 'Quizás deban buscar en el lugar más alto del pueblo', les sugirió don Marcelo con una sonrisa enigmática. Los niños agradecieron su ayuda y se dirigieron hacia la colina más alta.
Después de una larga caminata, llegaron a la cima y encontraron una pequeña cabaña. Se acercaron con curiosidad y tocaron la puerta. Para su sorpresa, un hombre mayor con una mirada triste les abrió la puerta. Era el señor Rodolfo, un veterano de guerra que había perdido sus piernas en combate. Les contó que, desde su hogar, solía admirar la bandera ondeando en lo alto de la plaza, pero que desde que su salud empeoró, ya no podía verla.
Los niños, conmovidos por la historia del señor Rodolfo, le propusieron una solución. Con la ayuda de la comunidad, construyeron un mástil más alto justo frente a la casa del señor Rodolfo para que pudiera disfrutar de la bandera. El día de la celebración, izaron la bandera juntos, y el señor Rodolfo no pudo contener las lágrimas de emoción al verla ondear majestuosamente.
Esa noche, durante la fiesta en la plaza, los niños fueron aclamados como héroes por encontrar la solución al misterio de la bandera perdida. Desde entonces, la bandera se izaba en el nuevo mástil, y cada vez que la veían, recordaban la importancia de la solidaridad y la empatía hacia los demás.
FIN.