El misterio de la bruja y los exámenes


Luna, Franco y Flor se encontraban en la biblioteca de su escuela estudiando para el examen final de ciencias. Estaban muy concentrados en sus libros cuando, de repente, un frasco lleno de líquido verde se derramó sobre los apuntes.

- ¡Ay no! -exclamó Luna mientras intentaba secar rápidamente los papeles con su pañuelo. En ese momento, una nube de humo comenzó a elevarse desde la mesa y una figura misteriosa apareció frente a ellos.

Era una bruja vestida con ropas oscuras y un sombrero puntiagudo. - ¿Quiénes osan perturbar mis pociones? -dijo la bruja con voz grave y escalofriante. Luna, Franco y Flor quedaron petrificados ante la presencia de aquella extraña criatura.

Pero Luna, siempre valiente e intrépida, decidió enfrentarla. - Disculpe señora bruja, fue un accidente. No queríamos molestarla -dijo Luna tímidamente. La bruja miró fijamente a Luna y sonrió maliciosamente. - Muy bien pequeña valiente.

Como recompensa por tu sinceridad, te concederé tres deseos -dijo la bruja en tono sorprendentemente amable. Los ojos de Luna brillaron al escuchar esto y rápidamente pensó en qué pediría como primer deseo.

- Quiero que el examen final de ciencias sea más fácil para todos nosotros -dijo Luna sin dudarlo. La bruja asintió con satisfacción y chasqueó sus dedos. En ese instante, todos los apuntes se volvieron más claros y comprensibles, como si hubieran sido escritos por un genio de la ciencia.

- Ahora tenéis el conocimiento necesario para superar el examen -dijo la bruja antes de desaparecer en una nube de humo. Luna, Franco y Flor se miraron emocionados.

Sabían que habían recibido una gran oportunidad gracias a la ayuda de esa misteriosa bruja. Decidieron aprovecharla al máximo y estudiar aún más duro. Los días pasaron rápidamente y llegó el día del examen final. Luna, Franco y Flor estaban nerviosos pero confiados en sus habilidades.

La prueba comenzó y se dieron cuenta de lo mucho que habían aprendido gracias a los apuntes mejorados. - ¡Esto es increíble! -exclamó Franco mientras resolvía un problema complicado-. Nunca pensé que podría entender esto tan fácilmente.

Flor sonrió mientras escribía su respuesta con seguridad. - Gracias a nuestra dedicación y a ese primer deseo, estamos logrando grandes cosas -dijo ella orgullosa. Finalmente, terminaron el examen con éxito y esperaron ansiosamente los resultados finales.

Cuando llegó el momento de conocer las calificaciones, no podían creerlo: todos obtuvieron notas altas, incluso las mejores del curso. Luna, Franco y Flor se abrazaron emocionados por su logro. Habían demostrado que con esfuerzo, determinación y una pequeña ayuda inesperada, podían superar cualquier obstáculo.

Desde aquel día, Luna, Franco y Flor siguieron estudiando juntos e inspirando a otros estudiantes con su historia de superación.

Aprendieron que los deseos no siempre tienen que ser mágicos para hacer una diferencia, sino que el verdadero poder reside en su propia dedicación y trabajo duro. Y así, Luna, Franco y Flor se convirtieron en ejemplos a seguir dentro de su escuela, recordando siempre la valiosa lección aprendida gracias a la aparición de aquella bruja misteriosa.

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