El misterio de la buena nota en el recreo



Había una vez en la escuela de la pequeña ciudad de Villa Esperanza, un grupo de amigos muy unidos: Martín, Sofía, Tomás y Valentina. Ellos eran muy curiosos y siempre estaban buscando nuevas aventuras.

Un día, la maestra Laura anunció que habría un examen sorpresa de matemáticas. Todos los niños se pusieron nerviosos, menos Martín, que siempre estaba muy seguro de sí mismo. -¡No te preocupes, amigos! Yo les enseñaré a estudiar de manera divertida y eficiente -dijo Martín emocionado.

Los demás asintieron, confiando en su amigo. Martín les enseñó a hacer resúmenes, a hacer juegos con las fórmulas y a repasar en grupo. Estudiaron juntos y se divirtieron mucho.

Llegó el día del examen y todos lo hicieron muy bien. La maestra Laura se sorprendió al ver las buenas notas de los niños, y les preguntó cómo habían logrado estudiar tan bien. -Fue gracias a Martín, nos enseñó a disfrutar del estudio y a trabajar en equipo -respondieron todos.

La maestra elogió a Martín por su espíritu de colaboración y les propuso un desafío: si lograban mantener las buenas notas, tendrían un recreo especial donde podrían traer juegos y compartir una merienda juntos. Los amigos aceptaron emocionados.

Durante el trimestre siguieron las enseñanzas de Martín, estudiando juntos, apoyándose mutuamente y disfrutando del proceso. El día del recreo especial, la maestra les entregó a cada uno una medalla por su esfuerzo y dedicación.

Los niños se abrazaron con alegría, sabiendo que juntos podían superar cualquier desafío. Desde ese día, la amistad y el estudio se convirtieron en pilares fundamentales en sus vidas, disfrutando cada momento en la escuela y creciendo juntos como grandes amigos.

FIN.

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