El misterio de la calle nueva



Había una vez en la ciudad de Buenos Aires, dos amigos inseparables llamados Elías y Alfon. Un día decidieron aventurarse por una calle desconocida en busca de algo emocionante para hacer.

Mientras caminaban, el delicioso olor a hamburguesas recién hechas los hizo detenerse frente a un pequeño puesto de comida. - ¡Mira, Elías, qué ricas hamburguesas se ven! -exclamó Alfon emocionado. - Sí, tienen una pinta increíble.

¿Por qué no probamos una cada uno? -respondió Elías con entusiasmo. Los dos niños se acercaron al puesto y pidieron dos hamburguesas con todo: carne jugosa, queso derretido, lechuga fresca y tomate.

Mientras esperaban que estuvieran listas, observaron a su alrededor y notaron lo diferente que era esa calle comparada con las que solían frecuentar. - Es como estar en un lugar nuevo y emocionante, ¿no crees? -comentó Alfon mirando a Elías. - Sí, es genial descubrir nuevos lugares juntos.

¡Nuestra aventura de hoy es todo un éxito! -respondió Elías con alegría. Finalmente, les entregaron las hamburguesas envueltas en papel brillante y se sentaron en un banco cercano para disfrutarlas.

Cada mordisco era una explosión de sabores en sus bocas, haciendo que se rieran y compartieran anécdotas mientras comían. De repente, un perro callejero se acercó tímidamente hacia ellos, con la mirada triste y el estómago gruñendo. Alfon notó esto e inmediatamente rompió un pedazo de su hamburguesa para dárselo al animalito hambriento.

- Toma amigo animal, también mereces disfrutar de algo rico hoy -dijo Alfon con cariño mientras acariciaba al perro. El gesto generoso de Alfon inspiró a Elías a hacer lo mismo con su parte de la hamburguesa.

Juntos alimentaron al perrito que los miraba agradecido y contento. Después de compartir su comida con el perro callejero, los dos amigos sintieron una gran satisfacción por haber ayudado a alguien necesitado.

- Eso fue increíble Alfon; me siento feliz por haber compartido nuestra comida con ese perrito tan simpático -expresó Elías sonriendo ampliamente. - Sí Elías; siempre es importante ser amable y solidario con quienes nos rodean. Hoy aprendimos algo valioso juntos -respondió Alfon con orgullo en su voz.

Con los corazones llenos de felicidad por su buena acción del día, los dos amigos terminaron sus hamburguesas y continuaron explorando la calle desconocida entre risas y charlas animadas.

Descubrieron que incluso en lugares nuevos e inesperados podían vivir momentos especiales si estaban juntos y dispuestos a ayudar a otros seres vivos.

FIN.

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