El misterio de la casa abandonada
Renata y Ludmila eran dos amigas muy valientes a las que les encantaba explorar lugares misteriosos. Un día, mientras paseaban por el bosque, encontraron una casa abandonada que parecía sacada de una película de terror.
- ¡Mira Renata! ¡Esa casa parece estar llena de misterios! -exclamó Ludmila emocionada. - Sí, parece un lugar perfecto para una aventura. ¿Te animas a entrar? -respondió Renata con entusiasmo.
Sin pensarlo dos veces, las niñas empujaron la puerta chirriante y entraron en la oscura casa. A medida que avanzaban por los pasillos polvorientos, comenzaron a escuchar extraños sonidos y a ver sombras moverse en las paredes. - ¿Escuchaste eso, Renata? Creo que hay algo más en esta casa...
-susurró Ludmila con temor. - No te preocupes, seguro son solo nuestros nervios jugándonos una mala pasada. Sigamos adelante y descubramos qué secretos esconde este lugar -dijo Renata tratando de infundir valor a su amiga.
De repente, una puerta se abrió sola frente a ellas, revelando una habitación iluminada por velas parpadeantes. En el centro de la habitación, había un cofre antiguo cubierto de polvo y cadenas oxidadas. - ¡Creo que encontramos un tesoro escondido! -exclamó Renata emocionada.
Las niñas se acercaron al cofre con cautela y lo abrieron lentamente. Para su sorpresa, en su interior encontraron antiguos pergaminos con inscripciones incomprensibles y un viejo diario lleno de relatos escalofriantes sobre fantasmas y apariciones en la casa.
- Esto es increíble... Parece que esta casa tiene una larga historia llena de misterios sin resolver -comentó Ludmila fascinada por el hallazgo. De repente, las velas se apagaron bruscamente y la habitación quedó sumida en la oscuridad total.
Un escalofrío recorrió la espalda de las niñas cuando escucharon pasos acercándose hacia ellas desde todos los rincones. - ¡Tenemos que salir de aquí ahora! -gritó Renata tomando la mano de Ludmila y corriendo hacia la salida.
Las niñas lograron escapar justo a tiempo antes de que la casa abandonada se desvaneciera ante sus ojos como si nunca hubiera existido. Afuera, el sol brillaba en lo alto del cielo azul como si nada hubiera pasado.
- ¿Qué fue todo eso? ¿Fue real o solo nuestra imaginación? -se preguntaba Ludmila aún temblando por la experiencia vivida. - Quién sabe... Lo importante es que enfrentamos nuestros miedos juntas y salimos ilesas.
Eso demuestra lo valientes que podemos ser cuando estamos juntas -dijo Renata con orgullo mirando a su amiga con cariño. Desde ese día, Renata y Ludmila siguieron explorando nuevos lugares llenos de misterios y aventuras sin importar los obstáculos que pudieran encontrar en el camino.
Su amistad era tan fuerte como para vencer cualquier temor o desafío que se les presentara. Juntas descubrieron que no hay nada imposible cuando se tiene el valor suficiente para enfrentarlo con valentía y determinación.
FIN.