El misterio de la casa de la abuela



Había una vez una familia muy unida compuesta por Martina, una niña curiosa y valiente, su mamá Ana y su papá Diego. Vivían en una linda casa de campo junto a la abuela Clara, a quien Martina adoraba.

Un día, la abuela Clara les sugirió a Martina y a sus padres visitar la vieja casa donde ella había crecido. La casa estaba rodeada de árboles y parecía esconder secretos en sus oscuros rincones.

- Mira, Martina, aquí pasé los mejores momentos de mi vida -dijo la abuela mientras abría la puerta de la casa.

Al entrar, Martina sintió un escalofrío. La casa era muy grande y los muebles, antiguos y polvorientos, creaban sombras misteriosas en las paredes.

- ¿Qué te parece, Martina? -preguntó la abuela con una sonrisa.

- Es increíble, abuela. Se siente como si los recuerdos estuvieran atrapados en cada rincón -respondió Martina con asombro.

De repente, empezaron a escucharse ruidos extraños que provenían del piso de arriba.

- ¿Qué es eso? -preguntó Martina con los ojos bien abiertos.

- No lo sé, pero suele suceder. Es como si la casa estuviera viva -respondió la abuela con misterio en sus ojos.

Decidieron subir las escaleras para investigar, y al llegar al desván, encontraron una caja vieja llena de objetos antiguos y polvorientos.

- ¡Qué interesante! -exclamó Martina emocionada.

En ese momento, la abuela tomó una foto y su expresión cambió repentinamente a una de tristeza.

- ¿Qué sucede, abuela? -preguntó Martina preocupada.

- Esta foto... es de mi hermana Emilia, quien desapareció misteriosamente hace muchos años en esta misma casa -dijo la abuela con voz entrecortada.

Martina y sus padres se quedaron atónitos. La casa ocultaba un oscuro secreto que involucraba a la familia de la abuela.

Decidieron investigar más a fondo y descubrieron un pasadizo secreto que los llevó a una habitación oculta. Encontraron un diario que pertenecía a Emilia y, al leerlo, descubrieron la verdad detrás de su desaparición.

La revelación los dejó sin aliento, pero al fin pudieron resolver un misterio que había afectado a su familia durante tanto tiempo. A partir de ese día, la casa de la abuela ya no sería un lugar de misterio, sino un símbolo de amor y unión familiar.

FIN.

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