El misterio de la casa encantada
Había una vez en un pequeño pueblo, dos niñas llamadas Sofía y Valentina. Ellas eran grandes amigas y les encantaba jugar juntas. Un día, encontraron un viejo videojuego de terror en el ático de la casa de Valentina.
Sin pensarlo dos veces, decidieron jugarlo, pero lo que no sabían es que ese juego desencadenaría una serie de eventos misteriosos. "¿Estás lista para jugar, Sofi?", preguntó Valentina con emoción.
"¡Sí, vamos a ver quién puede aguantar más tiempo sin asustarse!", respondió Sofía. Al iniciar el juego, una extraña energía comenzó a llenar la habitación y las niñas sintieron un escalofrío recorrer sus cuerpos. De repente, la pantalla del televisor parpadeó y un resplandor rojo iluminó la habitación.
"¿Qué está sucediendo, Valen? ¡Tengo miedo!", exclamó Sofía. Pero antes de que pudieran hacer algo, la habitación se llenó de oscuridad y un fuerte viento comenzó a soplar. Sin darse cuenta, las niñas comenzaron a actuar de forma extraña, como si algo las controlara.
En medio de la confusión, las niñas caminaron hacia la casa abandonada al final del pueblo. En su interior, el juego de terror se hacía realidad y las niñas se convirtieron en seres poseídos por una fuerza maligna.
Mientras tanto, la gente del pueblo observaba con miedo el incendio que había consumido la casa de Valentina. Con valentía, un grupo de vecinos decidió entrar a la casa encantada para rescatar a las niñas.
Con el corazón lleno de esperanza, enfrentaron sus propios miedos para salvar a sus amigas. Tras una intensa batalla contra la fuerza oscura, lograron liberar a Sofía y Valentina.
Las niñas despertaron confusas y asustadas, pero al ver a sus amigos a salvo, una cálida luz iluminó sus rostros. A partir de ese día, las niñas comprendieron que el verdadero valor reside en la amistad, el coraje y la solidaridad.
Juntos, decidieron usar su experiencia para concientizar a otros niños sobre los peligros de los videojuegos y la importancia de buscar ayuda cuando enfrentan situaciones difíciles. El pueblo entero reconoció el valor de la amistad y el poder del trabajo en equipo, convirtiéndose en un lugar donde todos se cuidaban mutuamente.
FIN.