El misterio de la casa encantada



En un barrio tranquilo de Buenos Aires, había una casa misteriosa que siempre estaba deshabitada. La gente decía que estaba encantada y que cualquier persona que se atreviera a entrar nunca saldría. Los niños del barrio, Lucas y Valentina, siempre pasaban frente a la casa, pero nunca se atrevían a acercarse. Un día, decidieron enfrentar sus miedos y descubrir si la leyenda era cierta.

Lucas y Valentina se adentraron en la casa y encontraron un comedor lleno de polvo y telarañas. Mientras exploraban, escucharon ruidos extraños que venían de la alcoba. Decidieron investigar y descubrieron que el ruido provenía de un pequeño ratón que estaba atrapado. Sin pensarlo dos veces, decidieron ayudarlo a escapar.

Al liberar al ratón, una luz brillante llenó la habitación y una voz misteriosa les agradeció por su valentía. Resultó que la casa no estaba encantada, sino que escondía un antiguo secreto. La voz les reveló que la casa pertenecía a una anciana hechicera que había fallecido, dejando atrás a su fiel amigo, el ratón. La anciana les confió que había perdido las llaves de la casa y por eso nadie había podido entrar para ayudar al ratón.

Los niños, sorprendidos, le preguntaron cómo lograr que la casa volviera a ser habitable. La anciana les dio las llaves y les dijo que lo más importante era devolverle la alegría al lugar. Lucas y Valentina, con ingenio y creatividad, limpiaron la casa, arreglaron el jardín y devolvieron la vida a ese hermoso lugar. Pronto, la casa se convirtió en un hogar para ellos, el ratón y todos los animales que habían encontrado refugio en ella.

Desde ese día, la casa misteriosa se llenó de risas y alegría, mientras Lucas, Valentina y sus amigos descubrían que los verdaderos tesoros no se esconden en leyendas, sino en la valentía y la bondad de corazón.

FIN.

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