El misterio de la casa encantada
Había una vez un pequeño dinosaurio llamado Ambar que vivía en un hermoso bosque lleno de árboles altos y coloridas flores. A Ambar le encantaba explorar y descubrir cosas nuevas todos los días.
Un día, mientras caminaba por el bosque, Ambar encontró una manzana roja y jugosa que había caído de un árbol. La manzana parecía deliciosa, así que Ambar decidió llevársela a casa para compartirla con sus amigos.
Cuando llegó a su hogar, una pequeña cueva escondida entre los árboles, se dio cuenta de que algo extraño estaba sucediendo. ¡La manzana comenzó a crecer rápidamente! En pocos segundos, la manzana se convirtió en una casa grande y acogedora.
Ambar quedó sorprendido y emocionado al ver lo que había ocurrido. Rápidamente entró en la casa y se encontró con otros animales del bosque: un conejito llamado Benito, una ardilla traviesa llamada Lola y un pajarito cantor llamado Pipo. - ¡Wow! ¿Cómo pasaron esto? -exclamó Ambar asombrado.
- No sabemos qué sucedió exactamente -respondió Benito-, pero esta casa parece ser mágica. Tal vez podamos vivir aquí juntos como una gran familia.
Los cuatro amigos estaban muy felices con la idea de vivir juntos en esa increíble casa mágica. Decidieron explorar cada rincón y descubrieron habitaciones llenas de colores brillantes, muebles cómodos y juguetes divertidos. A medida que pasaban los días, Ambar y sus amigos aprendieron muchas cosas nuevas.
Lola les enseñó a saltar de rama en rama como ella lo hacía, Pipo les mostró cómo construir nidos acogedores y Benito les dio lecciones sobre cómo cultivar hortalizas en el jardín cercano. Pero un día, mientras todos jugaban afuera, una tormenta repentina se desató.
Los fuertes vientos hicieron temblar la casa mágica y amenazaron con derribarla. Ambar y sus amigos se asustaron mucho. - ¡Tenemos que hacer algo rápido! -gritó Ambar-. No podemos permitir que nuestra casa desaparezca.
Todos pusieron manos a la obra para proteger su hogar. Benito usó su astucia para reforzar las paredes con ramas fuertes, Lola recolectó hojas grandes para cubrir el techo y Pipo voló alto en busca de ayuda.
Minutos después, otros animales del bosque llegaron corriendo para ayudar. Juntos trabajaron arduamente hasta que finalmente lograron asegurar la casa mágica contra los vientos furiosos de la tormenta. Después de la tormenta, todos celebraron su victoria bailando alrededor de la casa mágica reparada.
Estaban orgullosos de haber superado ese desafío juntos. Ambar se dio cuenta de que vivir en esa casa mágica no solo había sido emocionante e interesante, sino también una gran oportunidad para aprender a trabajar en equipo y cuidarse mutuamente.
Desde ese día en adelante, Ambar y sus amigos siguieron disfrutando de su vida en la casa mágica, explorando el bosque y aprendiendo cosas nuevas todos los días.
Y así, Ambar descubrió que a veces las cosas más inesperadas pueden convertirse en oportunidades maravillosas para crecer y aprender.
FIN.