El Misterio de la Casa Sin Salida



Había una vez, en un pequeño pueblo, un grupo de cinco amigos: Lía, Tomi, Fernando, Susi y Maxi. Ellos eran conocidos por su curiosidad y su amor por las aventuras. Un día, decidieron explorar una casa abandonada que la leyenda decía que estaba maldita. La casa tenía un aspecto antiguo y cubierto de hiedra, con ventanas rotas y puertas chirriantes. Al acercarse, una sensación de misterio los invadió.

"¿Estás seguro de que queremos entrar?" - preguntó Lía, un poco nerviosa.

"Vamos, no hay nada de qué tener miedo. Solo es una casa vieja" - respondió Fernando, intentando sonar valiente.

"A lo sumo habrá un gato o algo así" - dijo Susi, sonriendo.

Con valentía, entraron a la casa. Una vez dentro, la oscuridad era casi total, y el silencio era tan profundo que incluso se podía escuchar el latido de sus propios corazones. Al explorar, notaron que las paredes estaban cubiertas de polvo y telarañas.

Después de un rato, encontraron una puerta en la parte trasera de la casa. Se miraron entre ellos y decidieron abrirla. Al cruzar la puerta, se encontraron en una habitación inmensa con símbolos extraños escritos en las paredes. Algunos parecían antiguos y otros, digitales. En el centro de la habitación había un gran círculo dibujado en el suelo.

"¿Qué significan todos estos símbolos?" - preguntó Tomi, frunciendo el ceño.

"No lo sé, pero parecen peligrosos" - respondió Maxi, mirando los símbolos con recelo.

A medida que examinaban el espacio, Maxi tuvo una idea.

"¿Y si encendemos un fuego aquí, tal vez sea parte de un ritual?" - sugirió, emocionado. Todos se miraron, sorprendidos por la propuesta. Aunque dudaron, su curiosidad fue más fuerte. Tomaron un poco de papel y madera vieja que encontraron en una esquina y hicieron una pequeña pila en el centro del círculo.

"Esto puede ser una locura, Maxi" - dijo Susi, pero a la vez estaba intrigada.

"Solo un poco de fuego, ¿qué podría salir mal?" - insistió él, encendiendo la madera.

Para su sorpresa, al prenderse el fuego, los símbolos en la pared comenzaron a brillar intensamente. Los amigos retrocedieron, aterrados.

"¡Miren! ¡Está funcionando!" - exclamó Fernando, asombrado.

De repente, un resplandor hizo que todos cerraran los ojos por un momento. Cuando los abrieron, un venado de seis ojos apareció en el centro del círculo humeante.

"¿Quiénes son ustedes, seres de otro mundo?" - preguntó el venado, con una voz profunda y resonante.

"No queríamos invocarte, solo queríamos explorar" - respondió Lía, temblando.

"Los símbolos que han encendido han despertado a los guardianes de esta casa. Mi nombre es Eyron y he venido a probar su valentía" - dijo el venado, mirándolos fijamente.

La tensión creció en la habitación. El venado continuó:

"Si quieren salir, deberán demostrar que son dignos. Cada uno de ustedes debe responder una pregunta sobre la amistad y la valentía. Si fallan, quedarán atrapados aquí para siempre."

Los amigos se miraron, sintiendo el peso de la situación. Era un gran desafío, pero sabían que debían mantenerse juntos. Desafiar al venado era la única forma de salir. Eyron hizo su primera pregunta:

"¿Qué significa para ustedes ser un buen amigo?".

Lía habló primero, "Ser un buen amigo significa estar ahí para los demás, incluso cuando las cosas se ponen difíciles".

"Correcto"  - respondió Eyron con aprobación. Luego, hizo la pregunta a Tomi, que respondió sobre la importancia de la honestidad y la confianza.

"Muy bien" - dijo el venado, asintiendo.

Cada uno de los amigos respondió a sus preguntas sobre la amistad y el valor con sinceridad, y a medida que lo hacían, el venado parecía reconfortarse.

Finalmente, Eyron miró a todos con una expresión suave y dijo:

"Han demostrado que la verdadera amistad y el valor residen en sus corazones. Pueden salir."

Con un brillo en sus ojos, el venado levantó una de sus patas y en el instante, la puerta de la habitación se abrió con un gran estruendo. El grupo corrió hacia la salida, aliviados y felices. Al salir a la luz del día, se dieron vuelta para ver a Eyron una última vez.

"Siempre seré un guardián de la amistad. Recuerden sus lecciones" - dijo el venado, desapareciendo en el aire.

Desde ese día, los amigos no solo conservaron el recuerdo de aquella increíble aventura, sino que también aprendieron que el valor y la amistad son la mejor guía ante cualquier situación desconocida. Nunca volvieron a tener miedo de lo desconocido, porque sabían que con valentía y unión, podían enfrentar cualquier desafío que la vida les presentara.

Y así, vivieron sus vidas buscando nuevas aventuras, siempre recordando a su extraño amigo de seis ojos y el profundo poder de la amistad.

FIN.

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