El misterio de la coneja y las zanahorias
En un hermoso bosque, vivía una coneja llamada Margarita. A diferencia de la mayoría de las conejas, a Margarita no le gustaban las zanahorias. Mientras todas las demás conejas se deleitaban con las crujientes zanahorias que crecían en el bosque, Margarita las evitaba a toda costa. Esto causaba curiosidad y preocupación entre los demás animales del bosque.
Un día, el sabio búho del bosque, Don Eulogio, convocó a todos los animales a una reunión para discutir el enigma de Margarita. "¿Por qué Margarita no come zanahorias? Es algo completamente inusual para una coneja", se preguntaban entre ellos. La asamblea decidió que era hora de ayudar a Margarita a superar su aversión a las zanahorias.
Los animales del bosque se acercaron a Margarita con amabilidad y empatía. "Margarita, estamos preocupados por ti. ¿Por qué no te gustan las zanahorias?", le preguntó el simpático ratón Renato. Margarita explicó que, a diferencia de las otras conejas, ella prefería otro tipo de alimentos como las acelgas y los brócolis. Los animales se sorprendieron, pero entendieron que todos tienen gustos diferentes.
Decidieron ayudar a Margarita a buscar otros alimentos que le gustaran. Juntos recorrieron el bosque en busca de las deliciosas hojas de acelga y los apetitosos brócolis. Margarita estaba encantada con la ayuda que recibía. Todos los animales se divertían y se unían para encontrar los alimentos que Margarita disfrutaba.
Finalmente, Margarita descubrió que, aunque a la mayoría de las conejas les gustaban las zanahorias, ella tenía su propio y delicioso gusto. Aprendió a ser firme en sus preferencias y, al mismo tiempo, a respetar las de los demás. Los animales del bosque también aprendieron a celebrar la diversidad en gustos y a respetar las elecciones individuales de cada uno.
Desde ese día, Margarita y los demás animales del bosque vivieron felices, compartiendo sus diferentes gustos y aprendiendo a apreciar las particularidades de cada uno.
FIN.