El misterio de la desaparición en Calleuque



En el pequeño pueblo de Calleuque, todos se conocían y la vida transcurría con tranquilidad. Sin embargo, un día, la desaparición de un bebé sacudió la calma de la comunidad.

La noticia se esparció como un reguero de pólvora, y pronto todo el pueblo se volcó en la búsqueda del pequeño. La policía y los habitantes rastrearon cada rincón de Calleuque, pero no encontraron ni rastro del niño.

Las horas se convertían en días, y la angustia crecía entre los habitantes de Calleuque. Fue entonces cuando Pedro, un niño curioso y astuto, decidió tomar cartas en el asunto. -¿Y si nos dividimos en grupos para buscar pistas? -propuso Pedro a sus amigos.

-Buena idea, podríamos buscar en el bosque, en la plaza, en la casa abandonada... -añadió Lara, la más valiente del grupo. Así, los niños se organizaron en equipos y comenzaron la búsqueda de pistas.

Siguiendo huellas, revisando escondites y interrogando a los vecinos, los niños recopilaron una serie de pistas, que parecían no tener sentido. Cada pista los llevaba a un nuevo obstáculo, pero los niños no se dieron por vencidos.

Decidieron seguir adelante, convencidos de que la clave para encontrar al bebé estaba al alcance de sus manos. Finalmente, después de superar cada obstáculo, llegaron a una casa en las afueras del pueblo. Era una casa extraña y descuidada, y un hombre misterioso les abrió la puerta. -¿Qué hacen aquí? -inquirió el hombre con voz firme.

-Estamos buscando al bebé que desapareció -respondió Pedro valientemente. -Eso es imposible, yo no sé nada de eso -aseguró el hombre con gesto sombrío. Pero los niños no se dejaron engañar.

Observaron detenidamente a aquel hombre y notaron que su mirada se desviaba constantemente hacia un rincón de la casa. Sin dudarlo, se dirigieron hacia allí y encontraron al bebé sano y salvo. -¡Lo encontramos! -gritó Lara emocionada.

El hombre, acorralado, confesó que había sido él quien se llevó al bebé por un capricho. La alegría invadió Calleuque cuando el bebé fue llevado de regreso a sus padres. Los niños recibieron el reconocimiento y el agradecimiento de todos, convirtiéndose en héroes del pueblo.

A partir de ese día, Calleuque celebró que la unión y el valor de unos pocos habían logrado resolver el misterio de la desaparición del bebé. Y los niños aprendieron que, incluso en los momentos más difíciles, la perseverancia y la solidaridad siempre prevalecen.

FIN.

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