El misterio de la diosa Afrodita



Había una vez en un lejano psiquiátrico, una mujer que creía ser la diosa Afrodita, la diosa del amor y la belleza. Esta mujer, llamada Sofía, estaba convencida de que todos los doctores y enfermeros estaban secretamente enamorados de ella. Todos los días les lanzaba besos al aire y les regalaba sonrisas radiantes, convencida de que su belleza y gracia los cautivarían.

El personal del psiquiátrico, preocupado por la confusión de Sofía, decidió traer a una psicóloga infantil muy especial, la doctora Valentina. La doctora Valentina tenía la habilidad de hablar con las personas a través de cuentos que encerraban enseñanzas profundas. Con una pequeña libreta llena de dibujos y colores, la doctora Valentina se sentó junto a Sofía y le propuso contarle una historia, una historia sobre la diosa Afrodita.

-'¿Sabías, Sofía, que Afrodita tenía un don especial? Ella podía ver la belleza en todas las cosas, incluso en lo más sencillo y humilde', comenzó la doctora Valentina. Sofía, intrigada por la historia, escuchaba atentamente mientras la doctora continuaba.

-'Un día, Afrodita decidió bajar a la Tierra para descubrir si su don seguía siendo tan fuerte como siempre. Caminó entre las personas, observando sus corazones, y se sorprendió al descubrir que algunos de ellos se sentían tristes y solos, a pesar de tener cosas hermosas a su alrededor. Afrodita entendió que la belleza no solo reside en lo que ven nuestros ojos, sino también en lo que siente nuestro corazón.'

Sofía escuchaba con atención, con sus grandes ojos azules fijos en la doctora Valentina. La doctora continuó con su relato, tejiendo las palabras con sabiduría y amor.

-'Afrodita decidió entonces compartir su amor y comprensión con aquellas personas, les regaló sonrisas y palabras de aliento. Y algo sorprendente sucedió, esas personas comenzaron a ver la belleza a su alrededor, a sentirse amadas y especiales. Afrodita descubrió que el amor y la belleza no solo se encuentran en uno mismo, sino también en el poder de hacer felices a los demás.'

La doctora Valentina miró a Sofía y le preguntó: -'¿Crees que podrías ser como Afrodita? ¿Podrías ver la belleza en las personas que te rodean y compartir tu amor con ellos?'

Sofía, con los ojos brillantes, asintió lentamente. A partir de ese día, Sofía comenzó a observar a las personas que la rodeaban de una manera distinta. Dejó de pensar que estaban enamorados de ella y empezó a ver sus virtudes y alegrías. Comenzó a compartir su amor a través de pequeños gestos, como regalarle dibujos a los enfermeros y leerles cuentos a los demás pacientes.

Poco a poco, Sofía descubrió que la verdadera belleza reside en el amor y la comprensión que podemos ofrecer a los demás. Y así, la mujer que creía ser la diosa Afrodita, encontró un nuevo y maravilloso propósito en su vida.

FIN.

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