El misterio de la escuela clausurada



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, una escuela abandonada llamada Escuela de la Alegría. La entrada principal estaba clausurada con maderas y candados, pero desde el interior se escuchaban voces de niños y una luz brillante se filtraba por las ventanas. Los niños del pueblo, curiosos por naturaleza, se reunieron frente a la escuela para investigar el misterio. Entre ellos se encontraban Ana, una niña valiente y curiosa, Pablo, su amigo aventurero, y Martín, el bromista del grupo. Juntos decidieron descubrir qué sucedía en el interior de la escuela. Con valentía, buscaron una manera de ingresar y finalmente encontraron un pasadizo secreto que los llevó a los pasillos oscuros de la escuela.

Mientras caminaban por los pasillos, las voces de los niños retumbaban en las paredes, haciéndoles cosquillas en los oídos. Pero no tenían miedo, estaban decididos a resolver el enigma. De repente, una luz muy clara provenía del salón de actos. Intrigados, se acercaron y encontraron a un grupo de niños con aspecto radiante, cantando y bailando. Los niños de Villa Esperanza se sorprendieron al verlos, ya que la escuela llevaba años abandonada.

'¡Hola! ¿Quiénes son ustedes?', preguntó Ana con curiosidad. Los niños en el salón de actos respondieron alegremente, contándoles que eran los espíritus de la alegría y la amistad. Explicaron que a pesar de que la escuela había sido abandonada, decidieron convertirla en su hogar, trayendo consigo la luz y la diversión. Les enseñaron a los niños del pueblo la importancia de la alegría, la amistad, el aprendizaje y el valor de la imaginación.

Los niños de Villa Esperanza entendieron que llevarían consigo esas lecciones toda su vida. Ana, Pablo, Martín y los demás niños del pueblo visitaban a menudo la Escuela de la Alegría, aprendiendo nuevos juegos, canciones y cuentos. La escuela abandonada se convirtió en un lugar lleno de risas y alegría, donde los niños encontraron el verdadero significado de la amistad y la diversión.

Desde entonces, el misterio de la escuela clausurada se convirtió en una historia que perduró en el pueblo, inspirando a generaciones de niños a encontrar la felicidad en los momentos más inesperados.

FIN.

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