El Misterio de la Escuela Linda



Había una vez una escuela muy linda llamada "Jardín de Sueños". Sus paredes estaban pintadas de colores vivos, sus aulas estaban llenas de juguetes y libros, y el patio tenía un enorme árbol que ofrecía sombra para jugar y leer. Los alumnos eran alegres y siempre se divertían aprendiendo.

Un día, en el recreo, Matías, un nene curioso, descubrió que algo extraño estaba sucediendo en la escuela. Las flores del jardín, que siempre eran radiantes, comenzaron a marchitarse.

"¿Por qué estarán así?", se preguntó Matías, mirando a su alrededor.

Se acercó a su amiga Sofía y le contó lo que había visto.

"Vamos a averiguarlo", propuso ella con determinación.

Juntos, decidieron investigar. Comenzaron por preguntar a sus compañeros.

"¿Alguien más notó que las flores se están marchitando?", preguntó Matías.

Los demás niños se miraron entre sí, y luego Pedro, un niño que siempre tenía una sonrisa, dijo:

"Sí, es verdad, yo también lo vi. Pero, ¿qué podemos hacer?"

Sofía pensó un momento y dijo:

"Creo que deberíamos hablar con la maestra Lucía. Ella siempre sabe qué hacer."

Así que se dirigieron al aula de la maestra Lucía.

"¡Maestra Lucía!", exclamó Matías. "Las flores del jardín están marchitas. ¿Qué podemos hacer?"

La maestra sonrió y respondió:

"Es cierto, Matías. Me di cuenta de eso también. Pero no se preocupen, hay un secreto que deben conocer."

Los niños estaban intrigados.

"¿Qué secreto?", preguntó Sofía.

La maestra explicó:

"Esta escuela tiene magia. La magia de un jardín bonito depende de su cuidado y cariño. Si todos ayudan a cuidar las flores, volverán a florecer."

"¿Y cómo podemos ayudar?", preguntó Pedro.

"Necesitamos crear un 'Club de Jardinería' donde todos participen. Juntos podemos regar, limpiar y plantar flores nuevas", sugirió la maestra.

Los niños se mostraron entusiasmados.

"¡Sí, hagámoslo!", gritaron al unísono.

Y así fue como los niños formaron el 'Club de Jardinería'. Cada día durante el recreo, se juntaban para regar las flores, quitar las malas hierbas y plantar nuevas semillas.

El paso de los días trajo consigo una gran alegría, y las flores comenzaron a reverdecer. Lo que antes era un jardín triste, se convirtió en un lugar lleno de colores y vida.

Un día, mientras estaban trabajando, Matías notó que en el árbol del patio había un nido con pajaritos.

"¡Miren!", gritó. "Hay pajaritos!"

"¡Qué lindo! Hay que cuidarlos también", dijo Sofía.

Así que decidieron construir un pequeño refugio para los pájaros y decorarlo con cosas que encontraban en el jardín.

El día del gran descubrimiento llegó. Todos los niños estaban en el salón, pero había un silencio extraño.

"¿Por qué están tan callados?", preguntó maestra Lucía.

"Porque lo que hicimos... fue algo increíble", dijo Pedro, sonriendo.

Luego, Matías se levantó.

"Maestra, trajimos algo especial al jardín. Pero los pajaritos también necesitan gente que los cuide. Hemos aprendido tanto haciendo esto. ¡La escuela es realmente linda! Porque la cuidamos juntos!"

La maestra se sintió muy orgullosa.

"¡Exactamente! Cuando cuidamos nuestro entorno, creamos un espacio donde todos pueden disfrutar. La verdadera belleza de nuestra escuela no solo está en lo que vemos, sino también en lo que hacemos juntos."

Los niños aplaudieron y celebraron el éxito del 'Club de Jardinería'. A partir de ese día, todos se esforzaron por cuidar no solo el jardín, sino también todo lo que había en su escuela. La amistad se fortaleció y el aprendizaje se volvió aún más divertido.

Y así, el 'Jardín de Sueños' se mantuvo siempre florido gracias al esfuerzo y cariño de sus pequeños guardianes.

Cada recreo se transformó en una aventura, y la escuela, una vez más, se llenó de risas, música y magia.

El jardín no solo era hermoso, sino que se convirtió en el símbolo del trabajo en equipo y la importancia del cuidado, recordándoles a todos que cada pequeño gesto cuenta para hacer del mundo un lugar mejor.

FIN.

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