El misterio de la figura oscura



En un pequeño pueblo, Clara era una niña curiosa que amaba explorar. Una tarde, la oscuridad comenzó a envolver la casa de su abuela, quien siempre le contaba historias de tiempos pasados con personajes mágicos. Clara, ansiosa por averiguar más, decidió investigar.

Mientras recorría el pasillo, el crujido del piso la hizo detenerse.

"¿Abuela?" - llamó, pero solo obtuvo silencio. Entonces, decidió mirar por la ventana y vio una figura oscura que la observaba. Su corazón se aceleró.

"¿Quién eres?" - murmuró Clara, pero cuando parpadeó, la figura había desaparecido.

Intrigada, Clara decidió que debía descubrir el misterio.

"Quizás sea un amigo que necesita ayuda" - pensó.

Esa noche, armada con una linterna, se aventuró al jardín. Las estrellas titilaban en el cielo mientras los árboles susurraban suavemente.

"Si estás ahí, por favor, sal" - dijo con un hilo de voz, aunque no esperaba respuesta.

De repente, escuchó un suave oooooooh. Era un viento peculiar que parecía guiarla. Clara siguió el sonido hasta un viejo manzano al fondo del jardín.

"¿Eres tú, figura misteriosa?" - preguntó Clara, iluminando el árbol con su linterna.

Alrededor del tronco, había una sombra que se movía. Clara se acercó y, al alzar la luz, vio a un pequeño búho de grandes ojos brillantes.

"Hola, Clara. Soy Óscar, el búho guardián del bosque" - dijo el búho con voz suave.

Clara se quedó sorprendida.

"¿Tú eras la figura que vi?" - preguntó.

"Así es. Estoy aquí para contarte sobre el bosque y sus secretos. Los árboles guardan historias que esperan ser descubiertas" - explicó Óscar.

Clara, emocionada, decidió seguir a Óscar, quien la llevó a diferentes partes del bosque.

"Aquí vive el viejo roble que ha visto muchos inviernos y veranos. Sus ramas son los brazos más sabios" - dijo Óscar.

"Y allí, en el arroyo, viven las ranas cantoras, que hacen música cada primavera" – agregó mientras señalaba un grupo de ranas.

Clara se dio cuenta de que el bosque estaba lleno de vida y de historias. Cada árbol, cada animal, tenía algo que contar.

"Entonces, este bosque está vivo" - dijo ella asombrada.

"Exactamente. Espero que lo cuides, Clara. Todos tenemos un papel en la historia de la naturaleza" - respondió el búho.

A medida que la noche avanzaba, Clara se sintió generosa.

"Te prometo que cuidaré de este lugar y contaré su historia" - dijo solemnemente.

"Y no olvides que la curiosidad es una gran herramienta, como la luz que llevas contigo" - aconsejó Óscar.

Al regresar a casa, Clara sabía que su vida había cambiado para siempre. Desde esa noche, cada vez que escuchaba el crujido de la madera, sonreía, recordando a su nuevo amigo y a las historias que aún quedaban por descubrir.

Así que, cada semana, volvía a visitar a Óscar, aprendiendo y explorando el bosque. Se convirtió en la puerta de entrada a mil aventuras, y Clara se transformó en la narradora de las historias del bosque, compartiéndolas con los demás niños del pueblo.

"El bosque es mágico, y nosotros también podemos serlo, si somos curiosos y estamos dispuestos a escuchar" - les decía a sus amigos, con la chispa de la exploración en sus ojos.

Así, a través de su curiosidad y determinación, Clara no solo descubrió secretos, sino que también inspiró a otros a cuidar y celebrar la naturaleza que los rodeaba.

FIN.

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