El misterio de la flor marchita
En un bello jardín, en un rincón mágico y escondido, vivía un hada llamada Mia y un duende llamado Juan. Un día, descubrieron una hermosa flor llamada Florencia, pero notaron que estaba marchita.
Intrigados, se acercaron a ella y le preguntaron qué le pasaba. Florencia, con voz temblorosa, les confesó que se sentía triste, pero no quería contarles por qué. Mia y Juan decidieron ayudar a su nueva amiga, así que juntos idearon un plan para animar a Florencia.
"Vamos a recoger gotas de rocío mágico y a cantarle canciones alegres", sugirió Mia. "Y también puedo hacerle cosquillas con mi risa picarona", añadió Juan. Con gran entusiasmo, los tres amigos se dispusieron a poner en marcha su plan.
Día tras día, Mia, Juan y Florencia realizaron actividades divertidas, exploraron el jardín y se rieron juntos. Poco a poco, la tristeza de Florencia empezó a disiparse, y su marchitez dio paso a un brillo radiante.
Finalmente, en un hermoso atardecer, Florencia abrió sus pétalos y reveló el motivo de su tristeza: se sentía sola y desapercibida. Sin embargo, gracias a la amistad incondicional de Mia y Juan, había recuperado su alegría y vitalidad.
Desde ese día, los tres amigos compartieron innumerables aventuras, aprendiendo el valor de la empatía, la amistad y el cariño mutuo. Y así, juntos, Mia, Juan y Florencia fueron amigos por siempre.