El misterio de la granja argentina



En una tranquila y colorida granja en lo profundo del campo argentino, vivían el granjero Juan, su fiel perro Toro, el gallito Carlitos, la dulce ovejita Lola, el travieso cerdito Pancho y el astuto gato Tomás.

Cada mañana, Juan se levantaba temprano para alimentar a todos sus animales con la mejor comida que preparaba con tanto amor.

Una mañana soleada, mientras Juan se dirigía al granero para buscar la comida de los animales, descubrió con sorpresa que ¡había desaparecido toda la comida! El granjero no podía creerlo y comenzó a buscar por todas partes sin éxito. Los animales estaban preocupados y hambrientos.

"¿Qué vamos a hacer ahora, Juan? ¡No tenemos nada para comer!" -exclamó Toro con tristeza. Juan se rascó la cabeza pensando en una solución. Fue entonces cuando Carlitos tuvo una brillante idea. "¡Ya sé! Podemos ir todos juntos en busca de pistas para encontrar nuestra comida perdida" -propuso entusiasmado el gallo.

Los demás animales asintieron emocionados ante la propuesta de Carlitos y decidieron partir en busca de pistas por toda la granja. Comenzaron buscando cerca del granero y encontraron huellas extrañas que los llevaron hasta el bosque cercano.

Mientras caminaban entre los árboles, escucharon risitas provenientes de un arbusto. Con cautela se acercaron y descubrieron a un grupo de ratones comiéndose su comida robada. Los animales de la granja no podían creerlo.

"¡Así que ustedes son los ladrones!" -exclamó Tomás con indignación. Los ratones intentaron escapar, pero gracias a la rápida reacción de Pancho lograron atraparlos antes de que pudieran huir. Los ratones pidieron disculpas entre sollozos y devolvieron toda la comida robada.

Con su comida recuperada, los animales regresaron felices a la granja junto a Juan. El granjero les prometió estar más atento en el futuro para evitar nuevos robos. Todos celebraron con un festín esa noche bajo las estrellas.

Desde ese día, los animales aprendieron lo importante que es trabajar juntos y mantenerse unidos frente a cualquier adversidad.

Y así, la amistad entre ellos se fortaleció aún más en aquella hermosa granja argentina donde siempre había amor y solidaridad entre todos sus habitantes animals y emplumados.

FIN.

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