El misterio de la masa madre desaparecida
Había una vez en un hermoso pueblo llamado Panalito, un panadero muy amable y talentoso llamado Don Manuel.
Todos los habitantes del pueblo adoraban su delicioso pan, pero había un pequeño problema: ¡la masa madre se había escapado! Sin la masa madre, Don Manuel no podría hacer el pan tan rico y esponjoso que todos amaban. Don Manuel decidió pedir ayuda a los niños de la clase de 4 años de la Escuela Primaria Mariposas.
Sabía que los niños eran muy curiosos e inteligentes, así que pensó que podrían ayudarlo a encontrar la masa madre perdida. Convocó a toda la clase para contarles lo sucedido y les pidió su ayuda.
Los niños estaban emocionados por esta misión especial y aceptaron con entusiasmo. Todos querían ayudar a Don Manuel a encontrar la masa madre perdida. La maestra, la señorita Lucía, les dio una lupa como herramienta para buscar pistas.
El primer día, los niños comenzaron su búsqueda en el horno de Don Manuel. Usando sus lupas, inspeccionaron cada rincón en busca de alguna pista sobre el paradero de la masa madre. Pero no encontraron nada más que harina esparcida por todas partes.
"¡Vaya!", exclamó Tomás mientras sacudía su cabeza llena de harina. "No hemos encontrado ninguna pista todavía". La mascota de la clase, Lupa, estaba observando todo desde lejos con curiosidad.
Ella sabía algo que los demás no sabían: las pistas estaban ocultas en diferentes lugares del pueblo. Durante los siguientes días, Lupa guió a los niños por el pueblo en busca de pistas.
Los llevaron al parque, donde encontraron una nota que decía "El primer número es el doble del segundo número". Los niños se miraron confundidos, pero rápidamente comprendieron que debían buscar otro número. "¡Vamos al mercado!", exclamó Sofía emocionada. "Quizás allí encontraremos la siguiente pista".
En el mercado, encontraron una caja cerrada con un mensaje: "El tercer número es igual al cuarto número más uno". Los niños empezaron a desesperarse porque no sabían qué números poner en el candado del baul.
Al día siguiente, mientras caminaban hacia la panadería de Don Manuel, Lupa notó algo extraño en la plaza principal. ¡Había un cartel con las cuatro cifras escritas en él! Las cifras eran 3-1-4-2. "¡Miren chicos!", gritó Lupa emocionada.
"¡Encontré las cifras para abrir el candado!"Los niños corrieron hacia el baul y probaron las cifras en orden: 3-1-4-2. El candado se abrió y dentro encontraron la masa madre perdida de Don Manuel. "¡Lo logramos!", exclamó Martina saltando de alegría. "Encontramos la masa madre".
Don Manuel estaba muy agradecido con los niños y les prometió hacerles una fiesta especial con todo su pan recién horneado como agradecimiento por su ayuda. Desde ese día, los niños aprendieron la importancia de trabajar juntos y perseverar en sus objetivos.
También aprendieron sobre números y cómo resolver problemas utilizando pistas e información clave. Y así, gracias a la ayuda de los niños y la astucia de Lupa, Don Manuel pudo seguir horneando su delicioso pan para el pueblo de Panalito.
Todos disfrutaron de su pan recién hecho y nunca olvidaron la emocionante aventura que vivieron en busca de la masa madre perdida.
Y así concluye nuestra historia, donde el trabajo en equipo y la perseverancia nos enseñan que juntos podemos superar cualquier desafío.
FIN.