El Misterio de la Noche de Halloween
Era un 31 de octubre, la noche de Halloween, y la pequeña Bianca estaba llena de emoción. Su madre, Sol, decoraba la casa con telarañas de papel y luces de colores, mientras que su padre, Emiliano, preparaba una mesa llena de dulces y golosinas.
"¡Mamá, mira!" - exclamó Bianca, luciendo su disfraz de brujita.
"¡Estás bellísima, mi amor!" - respondió Sol, acariciando el cabello de su hija.
"¿Ya están listos los caramelos, papá?" - preguntó Bianca, saltando de alegría.
"Por supuesto, tengo un montón de sorpresas preparadas para esta noche" - dijo Emiliano sonriendo.
Mientras la familia se preparaba para salir a buscar dulces, un extraño ruido interrumpió la alegría de la noche.
"¿Escucharon eso?" - preguntó Bianca, frunciendo el ceño.
"No te preocupes, debe ser solo el viento" - respondió Sol, tratando de calmarla. Pero en ese momento, una explosión sacudió la casa. Las luces parpadearon y un grito desgarrador llenó el aire.
Cuando la polvora se disipo, todo había cambiado. La casa, que había sido un centro de celebración, se había convertido en un lugar de tristeza y confusión. La familia desapareció entre la neblina de una noche oscura.
Un tiempo después, el pueblo se reunió para recordar a Bianca y sus padres. Todo el mundo estaba con el corazón roto y lleno de preguntas sin respuestas. Nadie sabía quién era el responsable de lo sucedido.
Un día, un joven detective llamado Tomás llegó al pueblo decidido a encontrar al culpable.
"Voy a resolver este misterio! No puede ser que haya sucedido una tragedia así y que la gente viva con miedo entre ellos" - se dijo a sí mismo.
Tomás comenzó a investigar y habló con los vecinos. Conectó pistas sobre un extraño hombre que había sido visto por la zona. Un anciano mencionó que el hombre había estado mirando la casa de la familia.
Al seguir la pista, Tomás encontró una nota que estaba escondida en la casa de Bianca. La nota decía: 'La felicidad no se puede destruir, aunque intenten hacerlo'.
"Qué extraño..." - murmuró Tomás, mientras reflexionaba sobre el significado de las palabras.
Con la ayuda de algunos amigos del pueblo, Tomás organizó una búsqueda. Con scotch y papel, decidieron crear una gran pancarta que decía 'El amor siempre triunfa'. Colocaron la pancarta en el lugar donde había estado la casa de Bianca.
Esa noche, al encender velas en memoria de la familia, Tomás comprendió que muchos recordaban a Bianca y a sus padres. La alegría que habían traído a su comunidad era más fuerte que el miedo.
Poco a poco, la gente empezó a hablar. La comunidad se unió para reconstruir un parque en memoria de Bianca, y cada 31 de octubre, celebraban la noche de Halloween recordando la alegría, el amor y los dulces de aquellos que ya no estaban.
Así, Tomás convirtió la tristeza en un símbolo de esperanza, y aunque el culpable nunca fue encontrado, la familia de Bianca vivió en los corazones de todos, creando sonrisas y dulces recuerdos en cada Halloween.
Y en la noche más oscura, la comunidad se iluminaba con las luces y risas de los niños, siempre recordando que el amor y la felicidad son las mejores armas contra el miedo.
FIN.